09.12.2025
Kazajistán impulsa ley para prohibir la propaganda LGBT
09.12.2025
Según informó LifeSiteNews, el Parlamento kazajo avanza en una legislación para prohibir la difusión pública y digital de contenidos que promuevan la ideología LGBT, una medida respaldada por el presidente Kassym-Jomart Tokayev y que refleja el rechazo mayoritario de la población.
Aprobación unánime en la Cámara baja
El Mäjilis, cámara baja del Parlamento de Kazajistán, aprobó por unanimidad un proyecto de ley que prohíbe la difusión de "propaganda LGBT" tanto en espacios públicos como en plataformas digitales. La propuesta busca impedir la promoción de "orientaciones sexuales no tradicionales", alineándose con legislaciones similares adoptadas en Rusia y otros países de Europa del Este.
La unanimidad del voto refleja un amplio consenso interno en torno a la defensa del orden moral tradicional y la protección de los menores frente a contenidos considerados contrarios a los valores culturales del país.
Tokayev denuncia la imposición de la ideología de género
El presidente Kassym-Jomart Tokayev ha sido uno de los defensores más visibles de esta línea legislativa. Durante un discurso ante el Congreso Nacional, denunció que, durante años, organizaciones internacionales impusieron a diferentes países valores morales ajenos a su tradición, incluyendo la agenda LGBT.
Según Tokayev, estas entidades no solo influyeron en el debate moral, sino que "interfirieron gravemente en los asuntos internos de numerosos Estados", un gesto que el mandatario considera una vulneración de la soberanía nacional.
Contexto cultural: un país secular, pero socialmente conservador
Aunque Kazajistán es mayoritariamente musulmán, su estructura política es secular y no se basa en la sharía. Tras la caída de la Unión Soviética, el país mantuvo una identidad propia, donde la familia y la estabilidad social ocupan un lugar central.
La homosexualidad fue despenalizada en los años 90, pero el rechazo social a las reivindicaciones del movimiento LGBT sigue siendo mayoritario. Encuestas recientes indican que menos del 10% de la población apoya el "matrimonio" entre personas del mismo sexo, un dato que explica la firmeza de los legisladores kazajos al impulsar la iniciativa.
El parlamentario Nurlan Auyesbaev ha descrito la propaganda LGBT como "una amenaza abierta para la sociedad y para el país", subrayando que el Estado tiene la obligación de proteger a los menores y garantizar el orden moral.
Presión de organizaciones internacionales
La aprobación del proyecto en la Cámara baja generó la inmediata reacción de varios organismos internacionales y ONG alineadas con posiciones progresistas. Entre ellas figuran la ONU, Human Rights Watch, Civil Rights Defenders y el Norwegian Helsinki Committee.
Según informó LifeSiteNews, estos grupos buscan evitar que el Senado apruebe la medida, presionando a los legisladores y apelando a supuestas violaciones de "derechos humanos". No obstante, la capacidad de influencia externa parece limitada, dado el clima político interno favorable a la agenda del presidente Tokayev.
El Senado pospone el debate, pero se prevé una aprobación final
La discusión prevista en el Senado para el 4 de diciembre fue aplazada, aunque se espera que la cámara retome el examen del proyecto antes de final de año. La correlación de fuerzas políticas es clara: ambas cámaras están controladas por partidos que apoyan las directrices del presidente.
Todo indica que la medida superará su último trámite y será finalmente promulgada, consolidando un marco legal más restrictivo frente a la difusión pública de contenidos LGBT.
Una estrategia nacional para preservar la identidad cultural
La iniciativa legislativa se presenta como parte de una estrategia más amplia para reforzar la identidad cultural y proteger el tejido social frente a influencias externas. El gobierno kazajo sostiene que la presión internacional pretende alterar valores profundamente arraigados en la población, y que la nueva ley responde a la obligación del Estado de preservar su propio modelo moral.
La decisión del Parlamento sitúa a Kazajistán en la línea de otros países que han optado por blindar legalmente a la infancia y a la sociedad frente a la expansión de la ideología de género, priorizando la estabilidad cultural y el bien común.
