¡ES DE BIEN NACIDOS... SER AGRADECIDOS!

¡ES DE BIEN NACIDOS... SER AGRADECIDOS!

Este aforismo es el enunciado de una virtud poco favorecida … ¡el agradecimiento! ... Es la respuesta de gratitud a aquella persona(s), de la cuál recibimos un favor … y del cual, es natural que nazca en el corazón un impulso de gratitud por la persona que lo otorgó.

En este sentido, el que más merece nuestra gratitud y debemos darle las gracias mañana, tarde y noche, es a Aquel que te tejió en el vientre de tu madre, el que tuvo la delicadeza de "bajar un alma del cielo" para alojarla en tu corazón, Aquel que creó un mundo de maravillas para que te regocijaras en él … Aquel que hizo a un lado el siervo para llamarte "hijo".

¡Dios es ese ser, sin principio ni fin, el que creó el universo inmenso cuajado de estrellas y planetas, el que creó el minúsculo paramecio, hasta las enormes ballenas azules!

¡Aquel que te ama sin condición y anhela tenerte en el Cielo para compartir su gloria!

En orden de importancia … no existe nadie que merezca el honor y la gloria más que Dios … la Trinidad Santísima, que vela permanentemente día y noche por tu bienestar. A Él, le debemos la gratitud por existir, por darnos un Redentor y esperarnos en el Cielo para nuestro inefable futuro.

¡He aquí al que le debemos todo! De ahí para bajo, también hay que agradecer a las criaturas: a tus padres, que fueron los medios naturales para nacer … por la crianza, educación y su cariño. A los amigos, por su compañía y sus favores. A tus maestros y profesores, por su paciencia, ejemplo y conocimiento … Y en fin, a todos aquellos que, sin proponérselo, te hacen favores.

Toda la vida es eso … una cadena de favores, donde interactuamos con los hermanos alabando al Padre común de los humanos.

¡Así que es de bien nacidos … el ser agradecidos!