UN PLAN PARA LOS BUENOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO
UN PLAN PARA LOS BUENOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO
La mayoría de las personas generamos, al inicio de cada año, expectativas a cerca de lo que esperamos en el año nuevo que inicia. Este 2025, pinta para que sea un año convulso y aunque se respira un ambiente de guerra a nivel global, la esperanza que estos conflictos se disipen está latente en los corazones de todos los habitantes de la tierra.
Lo que está dentro de nuestro alcance es lo que nos corresponde hacer ante dicho panorama, dependiendo de nuestro rol en la sociedad. Sabemos que cada uno de nosotros libra una batalla interior y esa lucha, es el primer gran paso para comenzar este año siendo del agrado de Dios.
Es por eso que te recomendamos:
- En lo personal, reflexiona sobre tu año anterior: experiencias y aprendizajes, como reaccionaste ante las vicisitudes y pruebas que se te presentaron. Y, sobre todo, si tienes alguna deuda con Dios, haz una buena Confesión para enfrentar, este año que inicia con esperanza, amor y tranquilidad espiritual.
- En lo social, si eres padre de familia, invierte el tiempo en la formación espiritual de tus hijos. Muchas veces se nos olvida su importancia y que, de esto depende la manera de conducirse por este mundo voraz, para librar las batallas, ser virtuoso y tener un destino eterno en el Cielo. Llévalos entonces al catecismo para que conozcan y amen a Dios, porque como se dice, no se puede amar aquéllo que no se conoce.
Sé previsor, no te endeudes y procura siempre tener un ahorro, una despensa surtida o cosas que te permitan ante una recesión económica poder sobrellevarla y, sobre todo, tener la confianza en que Dios actúa en las personas, familias y empresas donde se le da cabida.
Sé pensador crítico ante lo que se difunda en los medios de comunicación y redes sociales, ya que no siempre la verdad predomina en estos medios.
Enseña con el ejemplo que un buen cristiano, con sus obras, le demuestra a Dios su amor: procura hacer las obras de misericordia tanto espirituales como materiales.
- Si eres empresario, medita sobre sobre tu liderazgo: si al dirigir estás sirviendo y cumpliendo la Voluntad de Dios, si estas siendo justo con tus empleados y si estás contribuyendo a su salvación.
- Y por último, para tus propósitos individuales, haz un plan para que los puedas concretar, con tiempos y objetivos específicos; esto ayudara a clarificar qué tan viable son.
No te desanimes ante los embates, la victoria principal llega cuando cumples con los planes de Dios.
Y como dijo San Pío de Pietrelcina: ¡Mi pasado Señor, lo confío a tu misericordia; mi presente a tu amor y mi futuro a tu Divina Providencia!