¡NO A ESPECTÁCULOS VISUALES AL EXTERIOR DE LOS TEMPLOS!

¡NO A ESPECTÁCULOS VISUALES AL EXTERIOR DE LOS TEMPLOS!

Por más que las autoridades públicas consideren "culturales" los espectáculos luminosos sobre los muros de las catedrales y templos católicos, la Iglesia debió haber rechazado desde un principio, esas prácticas profanas. ¿Por qué?

Porque los templos no son cualquier inmueble ni cualquier patrimonio histórico. Los templos católicos son, nada menos, que la Casa de Dios y, por lo tanto, ¡sagrada! Es un recinto tan respetable, así siempre nos lo enseñaron desde niños, que para entrar ahí se debe vestir, hablar y comportarse de un modo tan decente, discreto y digno, como si estuviéramos en la presencia física del Dios hecho hombre. Y en verdad, estamos ante Nuestro Señor Jesucristo, quien se encuentra presente real y sacramentalmente en el Sagrario. ¡Gran misterio el de la Eucaristía ante el cual doblamos nuestras rodillas e inclinamos la cabeza en señal de profunda adoración!

¿De dónde, pues, el afán de usar los muros de una Catedral, Santuario o templo para usarlo de pantalla para videos mundanos?

Hace unos días, en la Ciudad de México, reflejaron sobre el exterior de la Catedral, imágenes a favor del aborto y del club de homosexuales. Si la "Memoria Luminosa" por los 700 años de historia de la ciudad, elaborada hoy por un Estado laico y anticristiano, de por sí son ajenos a la Iglesia Católica, ¡cuánto más los dos temas favoritos de la Ideología de Género: el aborto y el LGBT+!

¿Y ustedes creen que los expositores desconocían el contenido de su video?...

El gobierno capitalista, a través de la Secretaría de Cultura, obró con toda la mala fe, sabiendo que la Iglesia Católica repudia los temas mencionados porque son intrínsecamente contrarios a dos de los fundamentos morales del Cristianismo: la vida y el amor ordenado entre un hombre y una mujer.

La Iglesia Católica hoy, debería recuperar lo que por veinte siglos ha defendido: los derechos de Dios a ser adorado, amado y respetado, y los derechos de ella: a dar a Dios todo el culto debido con dignidad, belleza y pulcritud.

¡No más espectáculos visuales en ningún templo católico!