¡NIÑOS SIN DIOS!
¡NIÑOS SIN DIOS!
¡Qué tristeza saber de los niños sin Dios!...
Se ha difundido la noticia de que, en varios países de Europa, existe la tendencia, lamentablemente cada vez más practicada, de las llamadas "comuniones laicas", para sustituir a las celebraciones católicas por la recepción de la Primera Comunión. ¿Por qué? Por la tonta razón que nace de los padres de familia -ahora laicos o ateos- que no quieren ver a sus hijos, igualmente descreídos, marginados por carecer de una fiesta como la que celebran los católicos cuando los niños reciben el Sacramento de la Sagrada Eucaristía.
Padres de familia, ¿acaso ya se nos olvidó lo que significa este gran Sacramento y lo que significa para un corazón infantil hacer su Primera Comunión?...
La Eucaristía significa <<Gracia excelente>> y constituye el mayor de todos los Sacramentos por su excelsitud: porque es el único Sacramento en el que el Dador de la Gracia, Nuestro Señor Jesucristo, se encuentra substancial, real y verdaderamente presente en la sagrada Hostia. Literalmente significa que Dios, personalmente, entra en un corazón limpio y vive ahí hasta que el pecado mortal lo ahuyente.
Esta vida de Cristo en el alma se llama Gracia Santificante, y es el mayor regalo que los bautizados podemos recibir, porque sólo viviendo en este estado, es que podemos entrar al Cielo.
A pesar de la grandeza e incomprensión total de este Misterio, para el alma inocente del niño, representa la más grande ilusión; y el día de su Primera Comunión ¡será el más feliz de su vida! El niño, claro que entiende a su modo, que el Ser más poderoso que existe, va a hacerse "pequeñito" en la Hostia para entrar a su corazón, simplemente porque lo ama y quiere ser su Amigo para siempre. La sagrada Comunión, la primera y la última, es la mayor alegría de un niño devoto. Esta unión de dos corazones, el divino y el humano; esta <<Comunión>>, ¡es la ilusión más bella, la fuerza y motivación más grande para ser mejor niño, más obediente, más respetuoso, más puro!
Si de verdad amas a tus hijos, como dices, dales, y con el ejemplo, una esmerada educación cristiana y una excelente preparación catequística, para que hagan su Primera Comunión. Es más que una fiesta cualquiera; es la primera fiesta de una vida espiritual.
¡No te creas ese absurdo de "comuniones laicas"! Laico significa sin Dios; pensar que los niños sin Dios serán libres y felices, es el más grande error. El niño, para crecer sano, física, moral y espiritualmente, necesita: amor, educación y corrección, y eso sólo puede venir de Dios a través de padres cristianos. La educación laica sólo produce un gran vacío existencial porque el niño o el joven no encuentra el sentido de su vida. Lo laico produce insatisfacción, desorientación, extravío, desesperación… Sólo produce niños y jóvenes sin Dios… niños y jóvenes infelices.
Padres de familia mexicanos: conservemos nuestra fe católica. Den a sus hijos el regalo más hermoso: ¡Jesús en su corazón, en su Primera Comunión!