NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA
NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA
Sabemos que los tiempos de Dios son perfectos y que transcurre diferente para nosotros que para Él. Al vivir Dios en un presente continuo, desde siempre, contempló la existencia de la creatura más bella, dulce y perfecta ante sus ojos, pero, sobre todo, la más humilde, obediente y en la única, a quien su Sacratísimo Corazón volcó su amor: la bienaventurada siempre Virgen María, y a la que le dio la gran misión de ser su Madre.
Un día como hoy, 8 de septiembre, la Santísima Virgen María abrió sus ojos en este mundo. Y por eso, con gran jubilo celebramos su natividad.
¡A la Gloriosa Virgen María, Obra maestra de Dios! De la estirpe de Abraham, de la tribu de Judá y de la noble familia de David, los católicos con gran devoción la veneramos e imploramos su presencia en nuestra vida porque, siendo Hija de Dios Padre, Esposa de Dios Espíritu Santo, Madre de Dios Hijo y madre nuestra por adopción, sabemos que, por su intercesión podremos retornar algún día a la casa del Padre.
Así que, hoy en el día de la Inmaculada siempre Virgen María, ¡le consagramos nuestra vida, alma y corazón!