LA GUERRA ESPIRITUAL
LA GUERRA ESPIRITUAL
Mientras el mundo se debate en la bipolaridad y la guerra escala en todas direcciones, los magnates de la discordia atizan el fuego y el mundo es preso del miedo y el desánimo. La información ya no sigue reglas y las "fakes" se disparan para confundir más con sus dosis de veneno social.
La población de las naciones va de un susto, en otro, y, no se sabe, hacia dónde vamos. Un día el tema de Ucrania ocupa los titulares, y al otro, la preguerra civil en Norteamérica arrebatar los cabezales. Trump pasa de héroe a villano y el mundo árabe empieza a cerrar filas … ¿Quién lo entiende?
Para el ciudadano común, sólo ve inestabilidad y un futuro incierto … Esto es la consecuencia de progresar sin valores … "¡Dios ha muerto!", como dijo Nietzche y la Biblia la creen un conjunto de cuentos; la Santísima Trinidad, no existe, y todo el andamiaje del mundo cristiano se viene abajo … ¡La confusión es total! … Son demasiados cambios en tan poco tiempo.
Pero, el Rector de la Historia, se ríe ante el desacato de sus hijos. Dios ve, lo que el hombre oculta, la ambición humana no tiene límite y se alimenta de sangre, en espera de redimirse a sí mismo. Todos los afanes del hombre por controlar a sus semejantes producen dolor y lágrimas. Estamos en pleno combate contra la maldad que ha seducido al hombre.
Sólo una cosa vale la pena, y es, ¡la salvación del alma! … Esa luz viene de la divinidad y se aloja en el corazón, y está destinada a la eternidad.
La pelea en este mundo sólo es material: casas, posesiones, control de recursos, de pueblos y naciones … Pero, todo esto, no vale la pena si la vida se te presenta como prestigio, dinero y la gloria de tu imagen, porque eso no te salva. ¡Sólo Cristo te salvas! deja de hacerle el feo a la herencia cristiana de tu linaje.
¡Cree profundamente! … Ponte en manos de tu Creador y los planes del enemigo serán hechos polvo. Lo único que importa es la salvación del alma. El trabajo duro ya lo hizo Jesús en el Calvario. Sólo te queda recoger con tus manos esa Sangre divina y ofrecerla al Padre, para que ponga las cosas en su lugar… ¡Sólo esto importa!
¡Basta de titubear! … sal del lupanar y regresa a casa.
¡Sólo Dios basta!