LA ESTATURA DEL HOMBRE
LA ESTATURA DEL HOMBRE
En este escrito hablaremos de la estatura moral del hombre, muy superior a la estatura métrica de su apariencia. Se ha hablado de altos, chaparros, enanos y estaturas normales o medianas, pero pocos reparan en hablar de la estatura moral-espiritual del hombre. Desgraciadamente la visión sobrenatural para detectar a estos gigantes de la fe, sólo Dios las ve, pero el hombre lo puede sospechar.
¡La humildad es una virtud que achica al hombre, pero agiganta su espíritu! La vara divina, por ser la medida de la eternidad, es la que vale; estos gigantes, acrecentados por el amor filial a Dios y sus hermanos, sólo sobresalen en el Paraíso.
Para lograr esta estatura deben estar rebosantes del agua de la fuente que surge del Corazón de Cristo.
¿Y cómo lograr esta estatura? ¿Qué calcio sobrenatural debo tomar para crecer y llegar a tener esta estatura? … La fórmula se encuentra en el Evangelio de Mateo 20:26: El que quiera ser mayor entre vosotros, sea vuestro servidor.
Algo muy duro de roer, es eso de "servir y no ser servido", pues nuestra naturaleza tiende siempre a rebasar la estatura de los demás, por orgullo o por soberbia. El ego es el que acorta la distancia de la cabeza al suelo, pero la humildad agranda la estatura de la cabeza al Cielo.
¡Hombres vemos, "estatura" no sabemos! … Decía Napoleón Bonaparte, en una anécdota que lo describe como hombre bajito, La estatura no se mide de la cabeza al suelo sino de la cabeza al Cielo. Cierto o falso, esta anécdota revela la estatura moral de una persona.
El fisiólogo francés de principios del siglo XX y premio Nobel de Medicina en 1912, Alexis Carrel, en su libro La incógnita del hombre trata de encontrar, no la estatura, sino la medida del hombre en relación con el universo y dice: La medida del hombre, es la mitad entre el átomo y la estrella.
Muy acertado, ya que la creación que lo rodea está en esa dimensión, pero hay que reconocer que la verdadera estatura del hombre no es por su apariencia, sino por la estatura moral, y en este renglón, el hombre a través de la historia siempre ha sido medido por sus obras. Esto le dá una medida real. Es decir, la estatura moral del hombre siempre se ha reflejado en sus obras y toma una dimensión al aplauso de la Historia … Pero los verdaderos gigantes morales sólo son aplaudidos en el Cielo.