Vacunas: ¿Varita mágica contra el Coronavirus?

15.04.2021

Luego de varias semanas del arranque de la "tan esperada" vacunación en territorio jalisciense, nos hemos dado cuenta que al final, lo que nos han vendido son "puros espejitos", igual que desde el inicio de este capítulo llamado "pandemia de Coronavirus".

¿Por qué decimos esto?, porque todas las inoculaciones existentes en el mercado son incapaces de brindar inmunidad contra el coronavirus. Solamente "ayudan" a reducir los síntomas fuertes en caso de contraer la enfermedad, y en este rubro, ninguna supera el 95% de efectividad. Es más, son contadas las que alcanzan el 90 por ciento.

Cada llegada de las vacunas a México se festeja como un gran logro y se vende como un signo de esperanza, de una falsa esperanza. Pero no nos dicen que existen "letras chiquitas" en esto: Ningún estudio sobre su seguridad en humanos; tecnologías nuevas y experimentales (vacunas ARNm); ninguna vacuna aprobada por los máximos organismos de EU, ni la UE; así como los efectos adversos graves de cada una.

Por otra parte, la vacunación no ha sido lo que las autoridades esperaban. Creían que los centros de vacunación estarían "atiborrados" de gente ansiosa por vacunarse y que las vacunas "volarían" ante la desesperación de la población. Hasta se habilitaron los Drive Thru para ser vacunado en la comodidad de su vehículo.

Claro que hubo quienes llegaron a los centros de vacunación y durmieron ahí una noche o dos en sus carros, en casas de campaña o a la intemperie con la ilusión de obtener la vacuna. Pero en muchos casos (Zapopan, Tlajomulco y Tlaquepaque) ante la baja respuesta de la población, a media jornada las autoridades tuvieron que "cambiar la estrategia" y llamaron "desesperadamente" a que la gente, sin importar el orden o letra de apellido, acudiera a "inmunizarse". Incluso, ampliaron los días de vacunación y salieron a buscar a los adultos mayores en sus propias casas.

Aun así, en la mayoría de los centros de vacunación sobraron dosis de vacunas. Esto, a pesar de la enorme campaña de difusión en medios y gobierno para alentar a la población a recibir la varita mágica contra el Covid-19, digo, la vacuna.

El propio infectólogo y miembro de la Sala de Situación de la Universidad de Guadalajara, Héctor Raúl Pérez Gómez, reconoció que el 30% de la población de la tercera edad no se ha querido vacunar.

¿Desconfianza, miedo o indiferencia?

Además, se ha visto que el coronavirus ha desaparecido como por arte de magia en los centros donde se aplican las vacunas... ¿Qué?, ¿Cómo? Así como lo lee...

En los puntos de vacunación no hay preocupación por el Covid-19 ni medidas férreas; ahí no existe ningún riesgo de contagio. Entre el desorden propiciado por las autoridades federales y estatales, las filas se hacen con aglomeraciones de gente; todo mundo "pegadito" cuidando su lugar para evitar que algún "vivo" se meta a la fila. También están los vendedores ambulantes que se suman al contingente, los familiares que acompañan a los "afortunados", los "servidores de la nación", los militares, los voluntarios, las enfermeras y doctores, entre otros. ¿Y la sana distancia?

No existen la famosa "sana distancia", ni los protocolos de higiene, que nos repiten hasta el cansancio y hartazgo en los medios. Ahhh... pero no se nos ocurra ir a un súper mercado o a una tienda en tiempos de coronavirus, porque tendremos que llegar y ser recibidos por una cadena y un tapete que finge tener líquido sanitizante, esperar a que salga un cliente, respetar en todo momento la "sana distancia" y que "nos den permiso de ingresar" porque el aforo máximo del lugar es de 2 personas en un espacio que perfectamente puede tener la presencia de un número mayor sin presentar riesgos reales de contagio, y además, debemos aplicarnos gel en las manos a cada paso que damos.

En contraparte, los adultos mayores tienen que soportar varias horas bajo el inclemente sol y pasar horas en ayuno para finalmente conseguir la "tan esperada" varita mágica contra el coronavirus. Ahh, pero eso sí. Les llevan mariachi, los ponen a realizar activación física para que se relajen y se olviden de las horas que llevan perdidas. Pobres, los exprimen a costa de "manosear" su esperanza y aprovecharse de su miedo e ignorancia.

¡Muchos no saben lo que les están poniendo! No les cuentan que las vacunas se encuentran en fase experimental, ni les explican los graves efectos adversos (trombos, etc.) que pueden provocar estas terapias. No se les realizan estudios sobre su sistema inmune, ni se les pregunta si padecen enfermedades crónicas o alergias. Solamente se les inyecta y ya, para sumar a la estadística y poder clamar: ¡Misión cumplida! Se les deja en observación "5 minutos", se les manda a sus casas y se les advierte que todavía deben seguir usando el cubrebocas y seguir con el confinamiento.

Entonces, ¿de qué sirve vacunarse?, ¿Y si se sienten mal en las horas posteriores?, ¿Y si presentan síntomas graves?, ¿Quién responde por ellos?

Vivimos sumergidos en el miedo y el temor. Nos rige un semáforo que sirve como correa para cuando la gente "se porta mal".

En los últimos días se advierte en los medios de comunicación que viene la "tercera ola" de Covid-19 porque la gente fue "irresponsable", se divirtió y salió de vacaciones.

Pero aquí va un dato: la vacunación en Jalisco arrancó desde antes del periodo de Semana Santa, ya que se inició desde el 15 de marzo (Tonalá).

¿No que la gran solución era la llegada de las vacunas?, ¿No que ya tenían la varita mágica para volver a la "normalidad"? Después de recibir la vacuna, existe el riesgo latente de contagiarse de Coronavirus, se tiene que seguir usando el cubrebocas y practicar el distanciamiento social. ¿Entonces?

Luego de más de un año de contingencia sanitaria, nos hemos dado cuenta de la baja tasa de mortalidad del virus Sars-CoV-2, en contraste con la alta tasa de recuperación. Por ejemplo, en Guadalajara se han registrado 4,244 muertes; en Zapopan 1,639; en Tlaquepaque 888; en Tonalá 568 y Tlajomulco 513. (En México mueren más personas a causa de otras enfermedades).

No obstante, estamos conscientes de que se tienen que mantener las acciones de prevención e higiene, como el lavado constante de manos, evitar la concentración de un gran número de personas en espacios cerrados, comer sanamente, realizar actividad física, utilizar cubrebocas en presencia de personas enfermas, o si se está enfermo, etc.

Debemos seguir cuidando a nuestros adultos mayores, visitarlos, llevarlos al parque, escucharlos y darles cariño. Debemos ayudar a fortalecer su sistema inmunológico. Esa es la parte que no debemos descuidar.

No los llevemos como "conejillos de indias" a que les pongan una vacuna que, en términos reales, no es una vacuna, y nadie, ni las mismas farmacéuticas conocen los verdaderos riesgos y peligros a mediano y largo plazo tras su aplicación en humanos. Además, a final de cuentas, no previenen el contagio, sino que ayudan a minimizar los síntomas de la enfermedad (y no al 100%).

Existen múltiples soluciones y tratamientos probados antes que las propias vacunas. Es nuestro deber conocer y documentarse de distintas fuentes confiables para poder formar nuestro propio criterio, para luego decidir adecuadamente.

DLB