LOS MOTIVOS DEL ARCÁNGEL

Hay una leyenda muy reciente que nos narra la renuncia del Arcángel San Miguel a seguir protegiendo una ciudad que estaba bajo su cuidado; la protegía de Satanás y de las fuerzas del mal, pero la ciudad perdió la fuerza de voluntad, su fe y su valentía. La gente de esa ciudad, renunció a la luz que iluminaba el camino y se entregó al pecado y al desequilibrio entre las acciones buenas y malas.
Pese a ser un guerrero espiritual, presentó su renuncia ante el Señor y le entregó un pergamino escrito de su puño y letra, en el que escribió los motivos por los que dimitía. El texto decía:
Por medio del presente, pongo ante su divinidad mi renuncia para seguir poniendo bajo mi protección la ciudad de Siniestra. Mis afanes para apartarlos del mal han sido infructuosos y no he podido acallar las blasfemias y rencores contra su Majestad, por parte de esta población que ha perdido la dignidad, la brújula y la honestidad. Dicha ciudad de Siniestra, no ha escuchado mis gritos de guerra contra Satanás y le han pavimentado el camino para entregarle sus almas y sus personas. Han vencido la fortaleza de sus almas y se han entregado al despilfarro moral, espiritual y social.
He fallado al no vigilar las cloacas de sus pensamientos, pues abrieron las puertas a las ideologías enemigas de su santidad. Empezaron por fomentar la igualdad y la guerra en contra del machismo, para terminar por abrazar el feminismo, que los condujo a la ideología de género; llegando muy rápidamente a la perversión genital. Sus almas fueron seducidas por las mismas tentaciones que sufrió el amado Redentor de los hombres en el desierto. Los placeres del cuerpo hicieron a un lado los valores del espíritu y cayeron en una vorágine inconfesable de sus pecados.
Pido a su Majestad que fulmine de inmediato a esta sociedad promiscua sin miedo a su destino eterno pues han sido demasiados los intentos Suyos por rescatarla e inmensa su paciencia esperando su conversión. Reciba su Majestad mi renuncia irrevocable para seguir protegiendo de los males, vicios y pecados que, sin ningún rubor, pululan en dicha Siniestra. Y pongo mi espada, escudo y yelmo a Su juicio por no haber podido evitar tal desastre. Además, Siniestra ha autorizado recientemente la aprobación del aborto, que es un desacato a Su misma dignidad ya que atenta contra la obra de sus manos.
Atte. Miguel Arcángel.