¡LOS HOMBRES TAMBIÉN TENEMOS CORAZÓN!

Es muy común, del corazón femenino decir y repetir que: ¡es que no tienes corazón! ... ¡no entiendes el alma femenina!

Pero resulta, que ellas ... las amadas féminas, no entienden que los hombres también tenemos corazón y que el alma que poseemos no es diferente a las suyas.

El alma humana no tiene sexo, es común a hombres y mujeres, porque al final seremos iguales, es decir, seremos almas glorificadas con un único fin: Dar gloria a Dios en el Cielo.

Pero ... mientras tanto, aquí en la Tierra sufrimos igual o más que las mujeres, pero su manifestación es reprimida por el bravío del carácter masculino.

Una prueba de esto es José Alfredo Jiménez, que destilaba desamor en todas sus canciones y se curaba con el bálsamo de los agaves. Todas sus canciones son tristes decepciones.

Ellas creen que sólo ellas sufren y se sienten incomprendidas, traicionadas y con el monopolio del dolor del alma. Pero no quieren considerar que el varón (el de verdad) sufre el doble por reprimir las lágrimas por la desolación del alma. Así las cosas, no les queremos quitar el monopolio del dolor, sino que, las exhortamos a considerar que el hombre también sufre ... ¿Y no entendemos por lo que ellas sufren?

Las amadas mujeres en lo ingrato de sus sentimientos creen lo que su imaginación les presenta como una realidad, conciben en su fértil dolor producido por una falsa percepción de los sentimientos, inventan sus dolores y uno ni cuenta se da ... y le achacana a la falta de sensibilidad, sus fantasías.

Es mejor unir las voluntades y el corazón como la canción de Ana Gabriel: Un sólo corazón y no terminar como la misma:¿No entiendo qué es lo que pasó?

¡Benditas sean!