KAMALA... ¡QUE MALA!
Kamala ¿hablando de moral?
En plena contienda electoral, la demócrata Kamala Harris ha alardeado en contra de las leyes provida que sostienen algunos Estados norteamericanos, todo para sumar a las abortistas a votar por su pobre partido.
En su delirio de poder, la dupla presidencia se ha desbocado a favor del ABORTO TOTAL SIN RESTRICCIÓN ALGUNA y dirigiendo el dedo acusador a quienes en su "escrupulosidad", le ponían algunos "límites morales" al asesinato de los no nacidos.
Pero esta actitud de Kamala en su "guerra por las libertades reproductivas", además de ser un contrasentido -pues lo que menos quieren es la reproducción-, de plano raya en el escándalo.
¿Cómo se atreve a ha tachar de inmorales, la que promueve la inmoralidad desde el puesto más encumbrado que una mujer puede detentar en los EE. UU.? ¿Cómo se atreve a llamar "inmorales" a quienes sí defienden el primero de los derechos humanos, que es respetar la vida propia y la de los otros? ¿Cómo se atreve a llamar "inmorales" a los que promueven que los bebés crezcan sanos en el vientre de su madre y que nazcan íntegros? ¿Cómo se atreve a llamar "inmorales" a otros cuando fue ella quien, como jueza, persiguió "inmoralmente" a quienes habían denunciado corrupción y tráfico en los centros abortistas de California?
Kamala no tiene vergüenza
Las abortistas son inmorales de suyo; pero si hablar de "moral" las escandaliza por relacionarla con el Cristianismo, pues diremos entonces que, simplemente, son antihumanas por sus hechos, pues violan los Derechos Humanos fundamentales.
Kamala no tiene derecho de acusar de inmorales a otros cuando ella, a pesar de haber fungido tiempo atrás como jueza, ha delinquido contra la Ley Natural, que es anterior y base de la Positiva. Las leyes vigentes, cuya moralidad es tan volátil como la democracia en turno, son escritas por hombres que, cual supremo legislador, sentencian qué es el bien y qué el mal, y levantan el dedo acusador contra los "impúdicos" defensores de la vida.
"Ke-mala" Harris no tiene moral ni vergüenza.