
Grupo LGBT organiza representación blasfema del Vía Crucis en Italia

Un grupo LGBT en el norte de Italia ha anunciado que, durante la celebración del Brianza Pride —una marcha del orgullo homosexual que se celebrará este sábado en la localidad lombarda de Arcore, cerca de Milán— se representará una parodia del Vía Crucis con el provocador título de "Via Frocis".
Según informó Monza Today, los organizadores pretenden recorrer las calles de la ciudad con diez estaciones que, en lugar de recordar los momentos de la Pasión de Cristo, difundirán mensajes políticos y reivindicaciones ideológicas.
El itinerario terminará en la plaza Pertini tras pasar frente a la villa del difunto Silvio Berlusconi, y entre las estaciones previstas figuran: el "genocidio de Gaza", las "familias arcoíris y el DDL Varchi" (ley que castiga la gestación subrogada), "Hungría y la caída de los derechos LGBT", la comunidad no binaria, las mujeres transgénero, el mundo estudiantil y, en la última parada, el "Pride como resurrección de los derechos de todos". Especial indignación ha causado la octava estación, que presenta a "Italia clavada en la cruz de la injerencia vaticana".
Denuncias de blasfemia y exigencia de retirar apoyos
Ese mismo día, Monza Today recogió la respuesta del partido provida y profamilia Popolo della Famiglia (PdF), que calificó la iniciativa de "blasfemia". Andrea Cavenaghi, referente en Monza y Brianza, junto con el portavoz nacional Mirko De Carli y el secretario nacional Nicola Di Matteo, pidieron a los alcaldes que habían concedido patrocinio a la marcha que lo retiren inmediatamente.
"El mundo LGBTQ+ no contento con haber profanado el Jubileo y la Basílica de San Pedro, ahora ofende uno de los momentos más solemnes de la fe con un ataque directo al Vía Crucis de Nuestro Señor", afirmaron los representantes del PdF.
Asimismo, advirtieron a los políticos que se dicen católicos que, si no revocan el apoyo concedido, deberían abstenerse de "presentarse en la iglesia a fingir cercanía a los valores católicos".
Contexto: la respuesta al cardenal Müller
Los organizadores, según explicó también Monza Today, justificaron el "Via Frocis" como respuesta a las declaraciones del cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Müller reiteró días antes que "los actos homosexuales son un pecado mortal" y que no puede usarse la Puerta Santa para propaganda en lugar de conversión.
El cardenal también reafirmó su rechazo a las bendiciones de uniones homosexuales aprobadas en la declaración Fiducia supplicans de Francisco. Ante estas palabras, Oscar Innaurato, presidente de Brianza oltre l'arcobaleno y organizador del Pride, declaró que la "Via Frocis" es una forma de "dar voz" a su comunidad frente a lo que perciben como ataques de la Iglesia.
Un ataque frontal contra la fe
La Nuova Bussola Quotidiana publicó un análisis denunciando que el evento constituye un ataque directo contra la cruz y contra Cristo mismo, ya que convierte el camino hacia el Calvario en un espectáculo ideológico. El medio italiano denuncia que el "Via Frocis" revela el verdadero rostro del Pride: un odio anticatólico que aprovecha la falta de firmeza en parte de la Iglesia para exhibir en público el desprecio hacia lo sagrado.
El diario recordó también las palabras del cardenal Müller sobre el llamado "jubileo arcoíris", en el que acusó a ciertos grupos de "profanar el templo de Dios" y de ir contra la voluntad del Creador, que instituyó el matrimonio como sacramento.
Posible delito contra la religión
Juristas italianos consultados por La Nuova Bussola Quotidiana señalaron que el acto podría encajar en el artículo 404 del Código Penal, que sanciona el vilipendio público de prácticas religiosas. Ridiculizar el Vía Crucis, advirtieron, equivale a ofender la cruz misma y su significado.
De confirmarse, el "Via Frocis" no sería solo una provocación ideológica, sino un acto con consecuencias legales.
Una burla que evoca el Calvario
El episodio recuerda los insultos que sufrió Cristo en el Calvario: "También los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban de Él… Incluso los ladrones crucificados con Él lo injuriaban del mismo modo" (Mt 27, 41-44).
Lo que ocurrió entonces en Jerusalén se repite ahora en las calles de Italia: el odio hacia la cruz se expresa con insolencia, mientras se invoca la "libertad de expresión" como pretexto para insultar lo más sagrado.