DECONSTRUCCIÓN DE LA MASCULINIDAD
Deconstruir al varón es uno de los objetivos de las grandes élites que vemos cumplido cada vez más en la sociedad. ¿Cómo se le deconstruye al varón? Feminizándolo: se promueve de una manera vertiginosa que el varón use accesorios, productos y que se conduzca con maneras propias de la mujer.
El varón es blanco de los ataques de "el enemigo", y lo comprenderemos si recordamos que un varón fue el que encontró a América, que un varón fue el que liberó a las almas de nuestra Patria del yugo de la idolatría, que un varón fue quien llevaba en su tilma la imagen de la Virgen de Guadalupe, y que un Varón fue quien nos redimió del pecado, venció a la muerte y nos dio Vida Eterna. El reconocer esto no es ser machista, es decir la verdad.
Si bien la feminización del varón es un problema actual, no debemos asustarnos, porque en el pasado ya se ha dado. A continuación, pondré un fragmento de un libro de 1856, escrito por un sacerdote que advierte a los jóvenes de este colosal peligro, y nos ayudará a ver la magnitud del problema:
"¡Divino Señor! ¡Y es este un hombre hecho a tu imagen y semejanza? ¿Y por él, para redimirle, para restaurar su dignidad de hombre, te hiciste Tú hombre como él, y derramaste Tu preciosa Sangre en el Calvario? ¿Y la Iglesia de Jesucristo le tiene por miembro suyo, y le hace partícipe de sus tesoros de salvación? ¿Y mañana será ese hombre un padre de familia? ¿Y podrá quizás la fortuna caprichosa colocarle entre los legisladores de su patria, entre los gobernantes del Estado? … ¿Qué cuenta dará a Dios del tiempo y del dinero malgastados en tan necias vanidades?...
Verdaderamente este infeliz es más necio de cuanto él se figura. Pretende agradarse a sí mismo, y nada consigue sino depositar allá en el fondo recóndito de su adormecida con- ciencia un roedor gusanillo que le avisa de su propia degradación, y le va llevando por sen- das de flores a los abismos del tedio. Pretende agradar a las mujeres… ¡A quien no pretende agradar nunca es a Dios, de quien jamás se acuerda! ...
Van los hombres convirtiéndose verdaderamente en mujerzuelas, y perdiendo privilegios de su ser de hombres a medida que van perdiendo su ser de cristianos." (Bresciani, 1856, págs. 90-91).
Un hombre afeminado no es capaz de defender ni a Dios, ni a la Patria, ni a la familia, y si no hay quien defienda lo que realmente vale, todo queda vulnerable, a la deriva, porque ese varón, cuya masculinidad está deconstruida, no es capaz de hacer otra cosa que preocuparse de su vanidad.
En México tenemos la bendición de contar con muchos ejemplos de varones que defendieron a Dios y a la Patria: los cristeros. He aquí unos fragmentos de un bello poema que se escribió a la muerte de uno de ellos, llamado Antonio Acuña:
Aquel gallardo joven de veinte abriles,
encanto y esperanza de un noble hogar,
al sentirse hecho blanco de los fusiles,
afirmó sus hermosos rasgos viriles
y miró a sus verdugos sin pestañear.
Duerme en paz en tu fosa, joven soldado,
con la tierra sangrienta por ataúd...
No dormirá tu nombre, será el sagrado
grito de las batallas, pues ha jurado
salvar a nuestra Patria, la juventud. (Cardoso, 1958, págs. 54-55).
Varón, no caigas en las trampas que promueven las ideologías, no rechaces tu dignidad. Recuerda que Cristo es modelo perfecto de todo varón, y edúcate de tal manera, que algún día puedas, como Antonio Acuña, defender lo que vale: dar la vida por Dios.
Por: Señorita Paulina Estrella
Bibliografía
Bresciani, A. (1856). Guía práctica del joven cristiano. Madrid.
Cardoso, J. (1958). Los mártires mexicanos (2 ed.). Ciudad de México: Buena Prensa.