¡ASOMBROSO!

¿De qué hablo? ¿Por qué los signos de exclamación nos dicen que es asombroso, lo asombroso? Pero ¿de qué se trata?...
Pues bien, lo asombroso de este asunto es como sigue, pero antes, una nota de contexto: mucha gente no gusta de la gente, por raza, posición social o simplemente por su forma de pensar. Pero, lo asombroso de este asunto es que la dignidad de Dios, de pronto me saltó por enfrente. Hay que pensar en su grandeza; su majestad ¡es apabullante!... Uno es un microbio y Él es un Sol, el más brillante y hermoso y, sin embargo, descendió de su grandeza y se hizo Hombre, como tú, como yo. Aparte, nos dio un alma y un corazón para amarlo, y a pesar de esto, le damos la espalda y lo traicionamos, lo ignoramos. Y Él, ¿qué hace?... Sólo espera que nos pase ese momento de orgullo, sin considerar quién es Él.
De esa forma, vagamos por la vida sin tener conciencia que Él nos espera con paciencia, sentado en el confesionario, esperando a ver cuándo nos da la gana de regresar a su Gracia.
¿Entiendes de lo que hablo?... Él es el Sol Invicto, el poderoso; nos espera, y en nuestra indolencia, abusamos de su paciencia. Él sigue esperando por amor a quien sea que esté bautizado, y si no lo está, le da la gracia de conocerlo y amarlo. Él espera, ¿se te hace justo hacer esperar a Dios?... Sólo lo hace el inconsciente, el perdedor.
¡Asombroso! ¡No lo hagamos esperar!