¿DE SALIDA?

¿Saben de lo que hablo?... Hablo de esa salida inexorable para toda persona humana que puebla el planeta.
Es la salida del cambio de estatus, de ser un ser de cuerpo y alma… el cuerpo se queda y el alma… ¡se va! Así de sencillo es este último paso, de la muerte a la vida eterna. Algunos pudieran considerar que la muerte no existe pero Cristo vino a este mundo a rescatarlo y venció la muerte. Decía San Pablo: "Si Cristo no resucitó… vana es nuestra Fe" (Virtud Teologal).
No hay que desperdiciar la fe humana que nos mantuvo "prestos a la orden" en este mundo que se mueve por la fe. Para todo se necesita fe: para la ciencia, el arte, el conocimiento en general. Como no nos consta, todo hecho histórico de cómo se conducen estos cuerpos con alma, lo sabemos por la fe en la historia de las cosas… nada nos consta, pero creemos que existió Jesús como personaje histórico, y que su legado fue su Sacrificio y su doctrina para salvar el alma, más que el cuerpo mismo. Por eso sabemos que existió también Sócrates, Platón y Julio César… y todos los personajes de la Historia…Eso es tener fe en la certeza moral de la historia del conocimiento. Es la fe por la que conocemos y por la que se desarrolla el intelecto, que produce frutos y que contribuye al legado de la cultura.
Así es, señores; creer en la vida eterna es sencillo, si creemos lo que nos cuenta la historia del pasado.
Sin Fe y fe… estaríamos viviendo en cuevas, pero el "legado del pasado" se ha sumado en desarrollo humano. Nosotros pasamos por la vida para conservar y acrecentar este legado, al final, recibir el premio prometido por Dios. El legado se queda aquí, y el alma vuela en espera de la resurrección para vivir una vida plena de santidad en el Cielo.
Todo esto es por la Fe… ¿Por qué no creer? Creemos en la fotosíntesis, en las estaciones del año y hasta ponemos una fe ciega en la tecnología… y para esto se ocupa una buena dosis de credibilidad.
Así, lo único que vale atesorar en la vida son las buenas obras… que son el tesoro y la llave para ganarte el Cielo. Se los digo porque, tarde o temprano, daremos cuenta de nuestro paso por aquí abajo. Por eso, que tu próxima o lejana salida, sea con la dignidad de un cristiano.