¿CONFUNDIDO?... ¡PIDE AYUDA!

Amigo, amiga, ¿sufres porque sientes inquietudes con respecto a tu sexualidad? ¿Te sientes atormentado porque por tu cabeza y corazón revolotean ideas y sentimientos que parece que se han vuelto locos? ¿Chocan entre sí ideas heterosexuales contra homosexuales? ¿Contra los pensamientos buenos y sublimes aparecen otros vulgares, pasionales, ridículos o perversos?...
¿Te sientes confundid@?... ¿Te han convencido de que tú debes elegir "el género" o la manifestación sexual que deseas?... Todos sabemos que no podemos cambiar el sexo con el que Dios sabiamente nos dotó desde la concepción y que lo que hoy llaman "ideología de género" sólo es una broma de muy mal gusto. Pero me gustaría compartir contigo algunas reflexiones:
Que nosotros los jóvenes suframos algún tipo de confusión, realmente nos parece normal, porque esta etapa de la vida es de transición, y definir la personalidad, lleva algo de tiempo. Los jóvenes sabemos claramente lo que somos: hombre o mujer, pero no sabemos -¡nadie lo sabemos entonces!-, qué clase de hombre o mujer seremos de adultos, porque esto dependerá de las decisiones y conductas que vayamos tomando. Decíamos que es normal que los jóvenes suframos a veces de una confusión mental y sentimental porque, además, las hormonas parecen volverse locas y todo esto nos provoca inestabilidad, volubilidad y vulnerabilidad. En este maremágnum de ideas, emociones y pasiones, pueden asaltarnos pensamientos homosexuales y otras disociaciones, entre locas, antinaturales o perversas -como puede ser el suicidio-. Pero estas ideas ni todas son verdaderas, ni certeras ni sólidas ni permanentes ni benéficas; simplemente fueron ocurrencias pasajeras y fugaces que, por ser absurdas, su único destino es ¡el basurero! Estas fantasías debemos desecharlas cuanto antes y no entretenerse en ellas.
El problema de algunos es que se detienen a considerar la posibilidad de la homosexualidad; y con el terrible bombardeo de la ideología de género (redes, televisión, películas, libros, etc.) y el mal ejemplo de los que presumen su debilidad por las calles, desorientados empiezan a consentir en lo que no deben.
¡Ánimo! Podemos sentir mil cosas feas, pero esto no significa que tengamos que ser homosexual, ni consentir, ni sentirnos "obligados" o a ser "congruente" con lo que podemos sentir. La homosexualidad no es fatalidad; no es una loza invencible.
Si estás confundid@, lo lógico es que aclares tu mente, tu corazón y tu espíritu. Muchas veces estas confusiones no tienen su origen en el sexo, sino en otros factores psicológicos producidos por el desamor, separaciones o divorcio de los padres, amores no correspondidos, heridas por el abandono, la traición, el abuso sexual, mala educación y formación religiosa y moral, promiscuidad sexual en el hogar o en la escuela, etc., etc., etc.
Puede que tú solo no puedas salir de la confusión. Entonces, ¡pide ayuda! ¡Estás en tu derecho! ¡El estado no debe poner restricción o prohibición a este derecho! Acude con un buen sacerdote, con una persona madura y prudente, con un buen psicólogo o terapeuta. Alguien confundido por cualquier tema, requiere de una sana orientación para aclarar, sanar, reencauzar, corregir, acertar en el camino de la vida. Todos necesitamos de una constante educación, autoeducación y corrección.
Pero, sobre todo, necesitamos de Dios, de la oración, del perdón y del amor.
Por: Mariana Dávalos