¡ AUXILIO… ¡

01.10.2020


Las mujeres usamos el maquillaje para vernos más bonitas... pero, la verdad es que lo hacemos para ocultar nuestros afanes.

Bajo la capa del maquillaje se esconde el drama cotidiano de aparentar seguridad, competencia, simpatía, una tez radiante, etc., etc. Pocos conocen la tragicomedia que vivimos día a día.

Ser mujer, madre y trabajadora son tres actividades de tiempo completo en una sola jornada.

El cansancio, el temor, la crítica y la incomprensión, la enfrentamos con una sonrisa saludable, aunque el corazón se esté cayendo a pedazos.

Primero, los asuntos de la familia. Los hijos no sospechan que nos partimos en tres para ponerles atención, cuidar de su alimentación, su salud, sus tareas escolares y hasta orientar para bien sus berrinches, en la etapa de formación de su personalidad. Todos son diferentes y el trato y atención, también es diferente.

Luego sigue el esposo, con su consabido machismo: "Primero yo, que soy la cabeza de familia; mi camisa bien planchada y mi desayuno a tiempo... ¡Ahí mañana... vemos lo de las calificaciones de Tomás; hoy no tengo tiempo! Mi trabajo es primero. Nos vemos en la noche y no se te olvide que mi jefe viene con su esposa a cenar mañana. Luego viene el jefe en mi oficina y tengo que poner cara bonita y eficiente para que no respingue por las horas que sumo en retardos y ausencias".

Tienes que trabajar el doble... después de un largo viaje, pintándome las cejas en el autobús, en el que te miran algunos pasajeros como trofeo del camino, soportando miradas e insinuaciones de macho a hembra.

Y por fin, tienes una responsabilidad profesional qué ejercer... y no se vale pensar en la problemática familiar. La empresa tiene las suyas, y tu conocimiento tiene que sortear los escollos en las turbulentas aguas del trabajo. El alimento en la oficina es un "tenteenpié" hasta llegar a casa a repartir platos y servir el menú descongelado hecho el fin de semana (si acaso). La tele es un lujo, es una pérdida de tiempo que atenta contra el sueño...

Y a la mañana siguiente, tener en la mente los problemas conyugales, los de los hijos y los del jefe mientras te cepillas los dientes.

... Y así, todos los días... ¡Puro estrésss... ¡