¡HAZ LO QUE ESTÁ DE TU PARTE!
¡HAZ LO QUE ESTÁ DE TU PARTE!
Bastaron siete palabras para que la Santísima Virgen de Guadalupe, nos dejará una gran enseñanza y sobre todo, nos mostrará el deber que debemos asumir todos los católicos: obrar con diligencia y confianza cuando se trata de la Voluntad Divina.
La Virgen María, fue muy específica, al pedirle a Juan Diego: ¡Haz lo que está de tu parte! … es decir, fuera su mensajero ante el Obispo Fray Juan de Zumárraga. Relata la narración Nican Mopohua: "Hoy muy temprano me mandó que otra vez viniera a verte; le pedí la señal para que me creyeras, según me había dicho que me la daría; al punto lo cumplió: me despacho a la cumbre del cerrillo, donde antes yo la viera, a que fuese a cortar varias rosas de Castilla. Después de que fui a cortarlas y las traje abajo; las cogió con su mano y de nuevo las echó en mi regazo, para que te las trajera y a ti en persona te las diera" … Lo que sucedió después de desenvolver el Ayate: "la aparición de la preciosísima imagen de la Virgen de Guadalupe" … ¡El Gran milagro! … y con esto, Juan Diego había cumplido con lo que "la Señora del Cielo" le había encomendado.
Todos los mexicanos seguimos sido testigos de este asombroso milagro, incluso hasta los que no creen, pueden presenciarlo, al ir a la Basílica de Santa María de Guadalupe, donde está el Ayate con la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe y su templo, ese primero, que se erijo tras su aparición en 1531. Por esa obediencia de Juan Diego, nuestro pueblo entero se convirtió.
¿Qué pasaría si todos fuéramos como Juan Diego? …
Dios quiere que todos sus hijos se salven, y nos honró, con la presencia de lo que más quiere, su Santísima Madre, en nuestra nación. Entonces, Dios quiere que seamos como Juan Diego, obedientes, diligentes y confiados al dar la lucha interior para mantenernos en Gracia y ser de su agrado, espera le demostremos también que elegimos ser militantes de su causa, que Cristo reine en nuestra sociedad mexicana, con nuestras obras y palabras.
Como decía el Padre Loring. Dios hace casi todo; a ti te toca casi nada; pero Dios no pone su casi todo, si tú no pones tu casi nada". Es decir, lo único que a nosotros corresponde es hacer lo que está de nuestra parte, aunque esa parte sea "casi nada"; ya Dios pondrá "su casi todo".
Dios ve nuestra recta intención y el esfuerzo y amor que depositamos en nuestro trabajo, así que trabajemos en salvar nuestra alma y a nuestra nación. Porque, mediante la mediación de la Santísima Virgen de Guadalupe, nuevamente ¡El Gran milagro puede suceder! … los corazones de todos los mexicanos puestos a sus pies.


