EMPIEZA EN TI LA NAVIDAD CRISTIANA

EMPIEZA EN TI LA NAVIDAD CRISTIANA

La Navidad es cada vez más profana.

A los católicos practicantes nos entristece el ver que, año con año, la Navidad Cristiana se va difuminando en los hogares y en los espacios púbicos, dando lugar a que deslumbren por doquier, foquitos, figuras, personajes, regalos al por mayor… pero todo vacío del verdadero sentido de la Navidad. Lamentablemente, hasta los cristianos hemos mundanizado tanto la Navidad, que las familias cristianas se preocupan primero, y sobre cualquier otro aspecto religioso, de los adornos, regalos, cena y bebidas. ¡Y sólo esto es la Navidad!... se ha vuelto profana.

Queremos rescatar la Navidad Cristiana por todos lados y nos sobra disposición para cambiar al mundo en contra de la indiferencia religiosa y el materialismo que nos ahoga, pero ¿cómo hacerlo si parece un reto titánico? ¿Qué puedo hacer para que la Navidad sea menos profana?

¡Empieza tú mismo por cristianizarla!

¡Qué tonta ilusión es querer cambiar el mundo si no empezamos por cambiar nosotros mismos! Ya que tú cambies, espera que otros lo hagan. Muchas veces, ¡ni a nuestra propia familia podemos cambiar! ¿Cómo queremos cambiar a los vecinos, a los amigos o a los compañeros?... Lo que tú sí puedes hacer, desde ya, es:

  1. Preparar la venida del Niños Dios con el Adviento, a través de cuatro semanas de: más oración y más penitencia: rezar diario el Santo Rosario al pie del Nacimiento, asistir a más Misas, aumentar lecturas o meditaciones espirituales alrededor de la Corona de Adviento, hacer pequeños sacrificios –aun los más sencillos-; pero, sobre todo, confesarnos, luchar por mantenernos en Gracia para recibir en la Comunión al Niño Dios en la hermosa Misa "de gallo".

  2. Celebrar las Posadas tradiciones con alegría interior pero moderadamente.

  3. Contribuir en hacer, de las "reuniones navideñas" –que suelen no tener nada religioso–, celebraciones más católicas y tradicionales.

  4. Hacer que el Niño Dios sea el centro de nuestra atención, consideración y adoración, especialmente los días 24 y 25, por medio de: el Santo Rosario, el canto de Villancicos, la Santa Misa. Y después de Él, toda la demás "añadidura": abrazos, cena, intercambio y regalos.

Que tu ejemplo inspire a otros.

Tu ejemplo de Fe, Esperanza y Caridad en el Niñito Dios, seguramente al tiempo, convencerá a tu hijo (a), hermano (a), a tu nieto (a), amigo (a), a tus vecinos. Esta Navidad 2025, cada católico tenemos un reto: ¡que la Navidad Cristiana perdure para siempre!