¡EL NIÑO DIOS POR NACER!

Se acerca la Navidad, está próximo el tercer domingo de Adviento, y la gente anda nerviosa por los efectos de la mercadotecnia. Desgraciadamente, le dan mucha importancia al regalo que se va a recibir y a los que hay que dar.

El tiempo está rebosante de compromisos, disque posadas (más paganas que cristianas) ...y todo el mundo anda corre y corre porque se juntan los festejos.

Todos esperan el aguinaldo para dar cerrojo a la "obligación de dar".

Los grandes almacenes hacen su agosto en diciembre y dejan a los ciudadanos sin quinto en la cartera.

Fuera del pavo y la sidra, no se necesita más para recibir en familia al Redentor de la humanidad y se aleje en el corazón de quienes le esperan con santa devoción.

No hay que olvidar que en este tiempo se festeja el cumpleaños número 2022 de su Nacimiento, que vino a hacer las paces del hombre con la divinidad.

Con la muerte de Dios-Hijo, le fue devuelto el Paraíso y la Gloria a los justos de todos los tiempos, para que Él reine, no sólo en los corazones, sino también en el Cielo rodeado de gloria y majestad.

No nos distraigamos con el lado comercial de esta Navidad y volquemos nuestra ternura y devoción en este Niño que nos va a nacer, para aliviar nuestras ansias de paz y reconciliación, en un mundo azotado por la violencia, el ateísmo, la envidia y el egoísmo.

Reflexionemos que lo que menos importa es raspar la tarjeta de crédito, hasta dejarla en ceros y recordemos el momento uniéndonos a los coros angélicos que cantan en estas fechas:

¡Gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad!