DECEPCIÓN Y ESPERANZA

DECEPCIÓN Y ESPERANZA

Este sentimiento causado por el desengaño se aplica en todas las actitudes que tomamos los que navegamos por la vida y que, de alguna manera nos consideramos que cargamos con una verdad, que sabemos es absoluta, sobre nuestras espaldas.

Esta responsabilidad de estar conscientes de proclamar esta verdad en cualquier ámbito y medio que esté a nuestra mano ... nos lleva tarde o temprano al desengaño.

Se dice, que en un auditorio, grupo, cátedra o en lo individual entre las amistades o en la cercanía familiar ... tratamos consciente o inconscientemente, de anunciar o divulgar la verdad ... por eso, porque la consideramos la Verdad y sabemos qué fácil es pregonarla ... a los que piensan con afinidad a nuestra postura.

Lo valioso es que contra viento y marea la anunciemos con sólidos argumentos para convencer de nuestros ideales a los demás que están ajenos a los mismos, quienes por ignorancia o distracción se lo han perdido.

En toda esta reflexión me estoy refiriendo a verdades eternas, a las que no tienen discusión y que, por lo urgente de la situación actual (geopolítica, económica y social) se necesitan exponer para abrir los ojos de quienes tienen el futuro por delante.

Una de estas verdades que trascienden es sin duda, la salvación del alma y su futuro en la eternidad. ... Ya no se trata de mi propia salvación, sino de las grandes masas de cristianos a los que se les ha olvidado, o han hecho a un lado su conciencia por la influencia malévola de los ateos o anticristianos. Éstos se han colado en la educación, en la familia y en la sociedad en general, y nos está llevando a perder el sentido común; ya no educan, las familias son disfuncionales, la sociedad se ha pervertido y como consecuencia, se están perdiendo un luminoso futuro en la eternidad.

Todo esto nos preocupa y vemos que nuestros esfuerzos no tienen "eco" en las conciencias y se dispersará uno poniendo en riesgo la esperanza.

Nuestra inspiración cristiana nos convence de no desfallecer ... que no importa si no piensan como tú ... que no importa que tus argumentos no den el resultado esperado ... que no importa el aparente fracaso ... Hay momentos que la vida aprieta al más entusiasta y en tu intento de convencer, algo queda en el alma y, ese germen te sostiene en el camino y un día crece fustigado por las calamidades de la vida. Y ... florece, no por la mañana, sino en el atardecer de la vida y se renueva la esperanza.

No sabemos, pero nuestros ideales, tarde o temprano renacen para dar vida o los que la habían perdido.

No se vale estar decepcionado, Dios reparte tus posturas y pensamientos y el trabajo, aunque difícil, prospera y se desarrolla en el camino hacia la beatitud en la eternidad ...¡No hay que perder la esperanza!