ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Cuando los enemigos de los valores tradicionales y de la Verdad se quedan sin argumentos, no les queda más que recurrir a la violencia o a la censura de las voces que difieren de sus ideas, como, por ejemplo, Charlie Kirk, uno de los activistas más destacados en la defensa de la vida y la familia.

La manera tan impactante de cómo fue asesinado por un francotirador durante un evento público en la Universidad del Valle de Utah, pudiera verse como un atentado a la libertad de expresión de quienes profesan ideas conservadoras.

Por otra parte, en días pasados, ocurrió un tiroteo en una Iglesia católica adjunta a un colegio en Minneapolis. Este suceso, no relacionado con Kirk, cobró la vida de al menos un par de menores de edad que presenciaban una misa.

La sociedad americana vive llena de angustia e inmersa en el miedo ante la posibilidad de que en cualquier lugar pueda desatarse un tiroteo o un hecho violento por cuestiones de odio.

La humanidad navega en una era de polarización sin precedentes. Nos han dividido en conservadores y progresistas; en derechas o izquierdas; en personas provida o a favor del aborto, etc. Así, desunidos y confrontados e inmersos en un ambiente lleno de temor, es más fácil que los enemigos de los valores tradicionales nos puedan imponer mayor control y limitar o acabar con la libertad de expresión de quienes defendemos a Dios, la patria y la familia. Lo que buscan es que los líderes valientes que puedan surgir se la piensen dos veces antes de levantar la voz para defender sus ideales, porque eso les puede costar la vida.

A quienes sabemos que no somos eternos en este mundo, no nos preocupa ni nos da miedo que puedan matar a nuestro cuerpo. Lo que nos hace seguir firmes y en pie de lucha es que estamos seguros de que nuestra alma es inmortal, y un día, aspiramos a volver a nuestro Creador.