UNA LOCURA TRANSHUMANISTA

UNA LOCURA TRANSHUMANISTA

Hace un lustro, el hombre más rico del mundo en la actualidad, Elon Musk, presentó su programa para el año 2050 sobre el objetivo del Transhumanismo, en el que representaba los pasos que transformarían al hombre, primero en un Ciborg, es decir, un hombre con artilugios tecnológicos insertados en su cuerpo para ser más eficiente con implantes en el cerebro, para rendir más intelectualmente, con prótesis avanzadas para eficientar la fuerza en el trabajo; para pasar luego al hombre cibernético: mitad máquina, mitad hombre, un "robocop"; y, finalmente, un robot con un cerebro cuántico, resultado de separar la conciencia de una persona para vivir en un cuerpo tecnológico, todo esto, con el fin de inmortalizar algunas mentes y de que vivan eternamente en la red. Este programa se ejecuta a través de su empresa Neuralink.

Bueno, resulta que China acaba de dar a conocer hace unos días, un experimento de "teletransportación cuántica", la transmisión de un estado cuántico (un cúbit) de una partícula a otra, utilizando un canal de comunicación clásico sin que la partícula viaje físicamente. Este proceso se basa en la superposición y el entrelazamiento cuántico de un fenómeno donde las partículas están intrínsecamente conectadas, de manera que, lo que le afecta a una instantáneamente le afecta a la otra.

Todo esto, quiere decir, que si se puede teletransportar una partícula a otro lugar sin importar la distancia, con el tiempo es posible que puedan teletransportar una molécula, ya no un cúbit. Si lo lograran, hay la posibilidad, según ellos, de "teletransportar un cuerpo humano" en un momento no lejano. Esta locura de la teletransportación, es la misma locura del Transhumanismo, es decir, están jugando a ser Dios.

Esto, nos recuerda la promesa de la serpiente a nuestros primeros padres Adán y Eva: ¡Seréis como dioses!

Estos experimentos no han considerado lo que realmente le da vida a un ser humano: el alma inmortal. Y lo único que hacen los chinos, es sólo utilizar la información que han extraído de la persona humana y transmitirla o guardarla en la red, para fingir dar al humano "una inmortalidad tecnológica".

Esta información, es sólo una inteligencia artificial, donde las características humanas son reproducidas por un ordenador, más no es la persona con alma, no es su conciencia, es sólo información.

Esta ambición de jugar a ser Dios, es para apantallar a los ingenuos que se creen que van a ser inmortales. Por otro lado, el experimento chino sobre la teletransportación, no es tal, ya que lo único que teletransportan a distancia es sólo información, y lo que se reproduce en un receptor remoto es un gemelo, no es una teletransportación.

Para lo único que servirá, en un lejano futuro, es para teletransportar información y colonizar planetas, fuera ahora de nuestro alcance por distancias y condiciones hostiles. Este es el punto de coincidencia entre los experimentos chinos y el programa poshumanista de Elon Musk y su sueño de colonizar Marte.

¡Con el alma humana no se juega!