UN MUERTO EN EL DESVÁN

UN MUERTO EN EL DESVÁN

El desván es el espacio de una casa que comprende el alero de dos aguas; en México no se usa porque la intención del alero de dos aguas es para que resbale la nieve y en su lugar, tenemos un cuartito para los cachivaches o un clásico ropero, ahora, un clóset.

Y eso, de "guardar un muerto en el desván", es una metáfora para entender que todos los hombres tenemos un desván en el alma, donde guardamos nuestros más oscuros pensamientos, pecados y malas intenciones; ocultamos en ese espacio para los cachivaches, la parte de nosotros que no queremos que se conozca. Ocultamos la peor versión de sí mismos, en un rincón, evitando a toda costa que se conozca, por aquello del cuidado del buen nombre.

Ese cuartito, que a veces olvidamos, hay que limpiarlo con frecuencia y la única herramienta de limpieza, es el sacudidor del Confesionario.

Hay que sacar al muerto del desván, no vaya a llegar la muerte y descubra, lo que verdaderamente fuimos.

Si ocultamos algo, es que no pasó por la escoba del arrepentimiento … ¡Limpia el cuartito, clóset o ropero y conserva saludable tu alma! … Para la hora que escuches ¡nos vamos!, podamos responder "listo, montado y armado", como dijo el ranchero … Preparado para comparecer al juicio de Dios.

Él entenderá tu sacrificio y te designará un hermoso Palacio para tu cuerpo y para tu alma.

Ahí, te esperan tus seres amados y les darás una alegría inmensa, por haber sacado al muerto del desván.