TEMPOS FUGIT ("El tiempo vuela")

TEMPOS FUGIT ("El tiempo vuela")

Los antiguos romanos solían utilizar esta frase Tempos Fugit. Era como una filosofía para reflexionar sobre la fugacidad de la vida. De esta forma, tenían presente las cosas importantes de la vida, la necesidad de no perder el tiempo en bagatelas y "no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy"; además de no malgastar los días en quehaceres sin un propósito.

Fue Virgilio, el gran poeta romano, quien lo escribió en la Eneida. Recordemos que, en tiempos de Virgilio, la vida era corta: el hombre, a los 18 años, ya tenía definida la vida; a los 30, era un veterano en su oficio y a los 40, era un viajero que debía preparar su último viaje.

Por eso, para los romanos, era importante tener presente el Tempos Fugit y lo tenían grabado en mármol, madera y paredes pero, sobre todo, lo tenían grabado en su memoria.

"¡La vida es breve!", "¡el tiempo, vuela!", o "¡tan breve es el vivir!", son variantes de Tempos Fugit. En la actualidad, tenemos "tiempo de sobra", por eso se juega dominó, ajedrez, o se filman series por temporadas que, ya sumadas, equivalen a más de 100 horas de desperdicio. Hay salones donde se pierde el tiempo bebiendo, bailando o jugando cartas. Otras formas de perder el tiempo son los ocios de la tecnología: se invierten horas en juegos de video o en comunicación ociosa.

Dice un refrán popular: "El tiempo perdido, los Santos lo lloran". Y se refiere a que has llegado tarde a la conversión y perdiste el tiempo en frivolidades. Se necesita tiempo para amar, o sea, servir al prójimo, visitar enfermos, etc. En pocas palabras, ejercer la caridad enunciada en las Obras de Misericordia.

No olvides que Tempos Fugit es un recordatorio de que la vida es breve y el tiempo que dedicas a lo verdaderamente importante es poco. Así que, aprovecha el tiempo… ¡salva tu alma!, porque no sabes qué tiempo te queda de vida, y es prioritario que saques boleto dentro de los breves días que nos quedan.

¡Tempos Fugit!