SOMOS MÁS DE LOS QUE PENSAMOS

El valor del hombre es un reflejo de sus principios y de su mística social.

Resulta, que los grandes hombres son el resultado de haber meditado mucho acerca de su condición de creatura, echa con barro y moldeada por las Manos Divinas.

El amor que ha impreso en su obra, Dios (como el mejor artista que hay), siempre deja un jirón de su alma en lo que hace … El Divino Hacedor, dejó jirones de su amor en sus creaturas. Por eso, el mar es tan poderoso, los ocasos son sublimes, el color de sus paisajes y el perfume de sus flores es embriagador y la aurora de sus amaneceres todo un poema.

Recuerden, que todos portamos en nuestros genes, el nombre de Dios en cada célula y tejido, por lo tanto, no eres un irracional como los perros y los gatos … ¡Eres imagen y semejanza de Dios!

Venimos a este mundo a continuar la obra de Dios, modelo para que cada hijo participe en su creación y hasta el final de los tiempos. No venimos a sabotear la obra de Dios, ni hacer de usureros de nuestros hermanos, ni mucho menos, a servirnos de la naturaleza para nuestros fines personales.

Venimos a compartir y adorar a Nuestro Padre y Creador, porque somos el resultado de su amor, nos modeló con sus Manos, nos rescató con su Sangre, y ahora, nos espera en el banquete eterno por amor.

¡Somos la niña de sus ojos, muy queridos por su Ser! … Y a nosotros se nos olvida tanto amor y sacrificio y a cada momento lo crucificamos …. ¡pensémoslo! …

¿Somos hijos de Dios o sus verdugos? …