¿POR QUÉ CONTRA GUADALUPE?

A pesar de ser vencidos los demonios del Valle del Anáhuac por la fuerza y estrategia de Cortés, y haber sido consolidada su conquista por la amable Dama del Tepeyac... los demonios siguieron y, como dice en Génesis 3:15: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre Su simiente y su simiente: aquella simiente te herirá la cabeza y tú le herirás el calcañar".

Así, de esta forma, desde entonces, la simiente del demonio persigue el calcañar de los mexicanos y no ceja de su intento desde hace 500 años. El demonio, que era el señor del Anáhuac, fue destronado por Hernán Cortés, y desde entonces fue ocupado su lugar por la Hermosa Virgen de Guadalupe, a quien todos los mexicanos de cepa reverencian y acuden a ella en busca de auxilio, de una caricia o de una bella inspiración.

Pero el diablo, que no duerme, está haciendo su trabajo e inspira a sus adeptos para lograr el fin que se ha propuesto... ¡recuperar el trono perdido! Y su medio es ponernos en contra de nuestra Madre común: la Virgen de Guadalupe, tachándola de mito, de un producto de la imaginación de los frailes y denostándola a través del arte y de una pléyade de escritores, políticos y comparsas de las logias. En estos obscuros escondites es donde adoran a Satán y se urden las más descabelladas ideas en contra de Su naturaleza y su maternal devoción.

La más común es falsear la historia y atribuir el Nican Mopohua (documento histórico sobre las Apariciones, escrito por el indio noble y culto, Antonio Valeriano) a fantasías del serio historiador Alva Ixtlixóchitl; otra muy frecuente y grosera es atribuírsela a un pintor llamado "Marcos Cipac de Aquino" -el nativo que la "inventó"-.

Pero todo esto en contra de la Historia, de la Ciencia y de la Fe. Nuestra amadísima Virgen es el objetivo de los demonios de las logias; van con todo y no se descarta otro intento por destruirla... Pero Ella mira las intenciones de Su pueblo y resiste las andanadas del infierno.

La última nos llega de Norteamérica, donde en el Estado de California abogan por la reconstrucción del rito a Huitzilopochtli y la preminencia de los pueblos originarios, además de declarar a la Religión Católica como extremista por oponerse a la Agenda LGBTT+.

Así las cosas, echemos mano de nuestro acervo espiritual y opongámonos firmemente ante las asechanzas del demonio.

SAPIENTIA LDI

EDITORIAL