¿POR QUÉ BOABDIL NO DEFENDIÓ A LA ALHAMBRA?
¿POR QUÉ BOABDIL NO DEFENDIÓ A LA ALHAMBRA?
En este mes bendito en que se celebra el Santo Rosario, también se recuerda la gesta heroica de la conquista de Granada.
Esta conquista, da término a más de 700 años de dominio islámico en la península Ibérica. De esta forma se sacudió la Hispania del yugo a la que fue sometida.
Al-Ándalus abarcó la mayor parte de la península Ibérica, comenzó como un califato omeya, luego se convirtió en un emirato independiente y, más tarde, en el califato de Córdoba, que acabó siendo dominado por el Imperio del norte de África de los Almorávides y posteriormente, de los Almohades. El dominio islámico terminó en el año de 1492, con la conquista del Reino Nazarí de Granada, por los Reyes Católicos.
La joya de la corona de Granada fue, sin duda, La Alhambra, un complejo monumental construido principalmente por la dinastía Nazarí, que gobernó el Emirato de Granada. Su construcción comenzó en 1238 en la antigua Alcazaba del Albacín, para instalar en ella la sede de la Corte. La Alhambra fue palacio, ciudadela y fortaleza; residencia de los sultanes Nazaríes y de los altos funcionarios. Alcanza su esplendor en la segunda mitad del siglo XIV; este paraíso en la tierra fue llamado La Alhambra por sus muros rojizos (castillo rojo.) Esta ciudad palatina duró unos 260 años, hasta ser conquistada por los Reyes Católicos Fernando e Isabel. Los Reyes, por su voluntad fueron sepultados en esta ciudad, que fue el último reino en ser conquistado, como símbolo de la reconquista. En lugar de su demolición, los Reyes Católicos y sus sucesores, construyeron templos, conventos y otros edificios cristianos dentro de sus muros, lo que aseguró su continuidad de arquitectura histórica. Parte de ella, fue destruida en 1812 por las tropas de Napoleón.
Durante la rendición de Granada o entrega de llaves de Boabdil a los Reyes Católicos como representantes de la unidad española, éste y su madre se retiraron al norte de África. Lo que ilustra el verdadero motivo de la supervivencia de La Alhambra, es sin duda, lo que está expresado en el pequeño poema escrito por el dramaturgo Francisco Villaespesa:
A Boabdil, dijo su madre:
¡Llora como una mujer,
la ciudad que como un hombre
no supiste defender!
Y Boabdil, le respondió:
¡Prefiero perder Granada,
antes de ver destruida,
a sangre y fuego mi Alhambra!