MIÉRCOLES DE CENIZA: ¡EL GRAN RESCATE!

MIÉRCOLES DE CENIZA: ¡EL GRAN RESCATE!

Todo inicia con una cruz negra de ceniza impuesta por un sacerdote en la frente de los que somos católicos, para que nos demos el tiempo de recordar, reflexionar y arrepentirnos de todo corazón, de lo que hemos ofendido a Dios.

Es tan grande la transcendencia de este acto, que con la frase "polvo eres y en polvo te convertirás", se da el primer paso y se dispone el alma al gran rescate que nos ofrece Nuestro Señor Jesucristo en este tiempo de Cuaresma.

El recordarnos el miércoles de ceniza, que somos simples mortales, que tenemos el tiempo contado y un destino final, debería mover nuestro interior a reflexionar profundamente sobre nuestros actos y sus consecuencias, de manera que, además de vergüenza y arrepentimiento por lo malo que hayamos hecho, el sentimiento principal sea un verdadero dolor, pero por amor a Jesucristo, que, tanto nos amó hasta dar su vida para rescatarnos.

¿Rescatarnos de qué? … Del lazo con que los enemigos del alma (el mundo, el demonio y la carne) nos mantienen amarrados: la comodidad que ofrece esta vida, que preferimos ser indiferentes a las cosas de Dios para no vernos sujetos a sus mandatos y Voluntad, porque es más fácil vivir de esta manera y así, pecar sin remordimiento.

La mayoría sabemos nuestras debilidades, y muchas veces, nos cuesta alejarnos de lo que nos hace caer en ellas. El tiempo de Cuaresma es momento perfecto para iniciar con el proceso de una restauración espiritual, en el cual, nosotros disponemos el alma, pero el mérito es de Nuestro Señor Jesucristo porque al morir en la Cruz por nosotros, reparó las deudas que tenemos para con Dios; nos permitió reconciliarnos con Él y tener la posibilidad de subir al Cielo. Además, borró con su propia sangre, la culpa o las manchas que el pecado nos deja en alma, y pagó la pena producida por nuestros pecados, es decir, pagó el castigo por el mal hecho.

No veamos al miércoles de ceniza, el ayuno, la abstinencia y los pequeños sacrificios como una simple costumbre antigua de la Iglesia, sino como una muestra de amor a Nuestro Señor y como verdaderos pasos que nos llevarán, en algún momento, a retornar a Él.

Hay que darnos la oportunidad de prepararnos en esta Cuaresma para vivir cristianamente la Semana Santa, iniciando este 14 de febrero con la cruz de ceniza en nuestra frente.