MÉXICO CELESTIAL

MÉXICO CELESTIAL

Una de las certezas más entrañables de nuestra fe es aquélla en la que somos extranjeros en el mundo. Vamos hacia adelante en un éxodo que es la vida y que andamos en pos de la Jerusalén Celeste.

Somos hijos de Dios y habitantes del Cielo. México, nuestro éxodo, no es nuestro destino, es sólo un alto en el camino, una escala en nuestro viaje. México, al que amamos, no es el territorio, es nuestro legado de mexicanos, la patria de nuestros abuelos y el destino de nuestros nietos.

Este México nos acompañará al más allá y será el jardín de nuestras delicias. Porque, aunque felices, conservaremos la identidad de nuestro origen. Llegaremos al México Celestial, con la frente en alto, de la mano de nuestros paisanos y con la certeza del deber cumplido.

Ahoguemos los intentos de división, por esos seres sin Dios, sin Patria y sin honor.

¡Di NO a la polarización!


SAPIENTIA LDI

EDITORIAL