MENSAJE DE NAVIDAD

MENSAJE DE NAVIDAD

Previo al día de Nuestra Señora de Guadalupe, asistí a un festejo por la Navidad y el Fin de Año. Lo que más me llamó la atención fue el contenido del mensaje ya que en estas ocasiones suele hacerse, en nuestros días, una intervención políticamente correcta con un contenido institucional, debidamente formal y adecuado, sólo para cumplir con el protocolo.

Este mensaje del que hago referencia rompió el esquema empresarial al cual estamos acostumbrados. Del contenido no recuerdo palabras textuales pero sí la esencia.

En él se hizo una reflexión profunda acerca del sentido de la Navidad y nos presentó con un color vehemente la enorme misericordia de Dios por sus creaturas. Se tuvo que encarnar la Segunda Persona de la Santísima Trinidad para rescatar a la humanidad caída. Caída que nos había cerrado el Paraíso y la salvación. Hizo un recorrido teológico acerca de esta libérrima decisión de Dios para la salvación de las almas tan deseosas de ver perdonas, felices y santas a las almas, a las que tanto quieren Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. ¡Ése fue el único motivo de la Redención!

Fue conmovedor escuchar la referencia que hizo el orador acerca de la pobreza y el espíritu de pobreza del Redentor. Así nació el Verbo Encarnado -la Palabra del Padre- del vientre purísimo de Su Madre la Virgen María en una cueva rodeada de paja e irracionales que dieron calor en aquel humilde pesebre de Belén, al Señor de todas las cosas, al dueño de todo lo que existe, al Señor de los Señores, a Jesús, el Dios vivo que vino a echarse sobre sus espaldas el pecado y las iniquidades de los hombres.

Hay que señalar que una parte importante de esta reflexión tocó el punto de las virtudes como medio de perfección humana, que es el medio y el camino para alcanzar la santidad y el Cielo, donde nos espera la Vida Eterna y el gozo supremo de ver cara a cara a Nuestro Señor y Creador.

Se insistió en este punto ya que las muchas actividades y el trabajo nos distraen del objetivo más importante de nuestro paso por la vida y éste es el de lograr la verdadera vida, que es la eterna.

¡Bravo por el portador de este mensaje, por la convicción de sus palabras en el momento adecuado!

Sólo me resta compartir el valor de estas palabras y desear a él y a toda la familia empresarial que representa ¡una Feliz y Cristiana Navidad, un agradecido Año 2019 y un venturoso 2020!

SAPIENTIA LDI

EDITORIAL