LOS INSTRUMENTOS DE LA PASIÓN

LOS INSTRUMENTOS DE LA PASIÓN

Era muy común, en la Edad Media, la adoración de la Santa Cruz y de los instrumentos de la Pasión. Entre estos últimos tenemos: el gallo que le cantó a San Pedro, la columna donde Jesús fue azotado, el látigo de muchas puntas, la vara que le dieron como cetro mientras los soldados se burlaban de Él, la corona de espinas, el manto que le fue puesta como símbolo de su realeza pero en plan de burla, la Santa Cruz con el letrero de INRI, las espinas con la que lo coronaron, la escalera para descolgarlo, la sabana que uso para depositarlo en brazos de la Virgen María, los clavos de la crucifixión, el martillo para clavarlo, la vara con la esponja de mirra y miel, el manto en que se jugaran encima sus pertenencias, los dados que se usaron, el velo de la Verónica … En fin, puede ser que se pasen algunos elementos, pero estos son lo más importantes.

Hay representaciones muy antiguas de todos estos, rodeando la Santa Cruz. Es común, que donde hay una astilla de esta, el relicario que la contiene, esta adornado con todos estos elementos. Por lo general, estas cruces se encuentran en basílicas consagradas. Sí quiere reflexionar frente a esta reliquia santa, vaya a la Basílica de Zapopan en Jalisco, y entrando por el pasillo de la derecha, esta el relicario con una astilla de la Vera Cruz.

Esta piedad dentro de la Iglesia es de larga data, ya que, en el siglo tercero Flavia Julia Helena, conocida como Santa Elena de la Cruz. Fue una augusta romana, nacida en Turquía y esposa de Constancio Cloro, y madre del emperador Constantino y Santa Canonizada en el siglo IX.

Es tradicionalmente conocida por buscar las reliquias de la Vera Cruz; buscar los restos de la Santos Reyes que actualmente se conservan en la Catedral de Colonia, en Alemania, así como los del Apóstol Matías, depositados en Tréveris.

En su búsqueda de la Cruz donde Jesucristo murió, demolió el templo erigido a Venus en el Monte Calvario e hizo excavar hasta encontrar la Cruz, Santa Elena mandó construir un templo allí y otro en el Monte de los Olivos, acompañada siempre por el obispo Macario I de Jerusalén.

Así que, con este hallazgo, se inicia la tradición de adorar la Santa Cruz.

Aprovechen esta próxima Semana Santa, para ir adorar la Santa Cruz en los oficios del Viernes Santo. Y tener presentes los demás instrumentos de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

No es cosa menor esta adoración por que la Cruz y los instrumentos de la Pasión fueron medios del rescate y salvación. A demás consideren que todo un Dios, el Creador del universo fue torturado y crucificado por el perdón de nuestros pecados.

Señor que con un alma compungida por el dolor que he añadido a tu Pasión, ten piedad de mí y crucifícame el alma, antes de volver a flagelarte con mis pecados

Así sea.