LA TRINIDAD LA FAMILIA
LA TRINIDAD TERRENA Y LA FAMILIA
Desde tiempo inmemorial, la familia se ha considerado la célula más importante de cualquier sociedad, ya sean tribus, clanes, burgos, rancherías, pueblos, polis, ciudades o megaciudades, y en las que el hombre era naturalmente el líder familiar por lo que se le llamó patriarcado. En los tiempos bíblicos, éste era el modelo dominante en las Escrituras Sagradas y bajo este esquema de gobierno familiar se fincaron las sociedades actuales.
La familia moderna todavía conserva esta concepción celular y es reflejo del modelo divino de donde toma sus características. Ese modelo universal es la Sagrada Familia, que es la Trinidad Terrena, integrada por el Padre, San José, el Hijo, el Niño Jesús y la Madre, la Virgen María.
Así, la familia humana está compuesta por la "Trinidad familiar" que son el padre, la madre y los hijos, en la que el espíritu que prevalece en esta relación es el amor que une en un solo espíritu a la familia.
Dios, en su infinita sabiduría permitió que la trinidad familiar fuera un reflejo de la "Trinidad terrena" para sacralizar así a esta célula básica con la que se construyen las sociedades humanas.
Cristo, lo dicen los Evangelios, al hablar del libelo del divorcio permitido por Moisés, rechaza esta concepción al referirse que al principio "no era así" y estableció el compromiso indisoluble entre los esposos que libremente se someten a este régimen divino: "Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre".
Desde entonces, la sociedad cristiana occidental tiene como modelo este sapientísimo mandato que ha permeado a pueblos, ciudades, naciones y continentes, construyendo así una civilización sólida y ejemplar. A través de los siglos, infinidad de culturas se han sometido a este amoroso mandato y sin embargo, en nuestros días, el enemigo de siempre ha tratado de disolver la ley divina a través de la conspiración de sus esbirros que, como la cizaña, son paja revuelta junto al grano.
En México, estos delegados del maligno han esparcido estos errores por medio de las "células demoníacas" constituidos en las logias masónicas nacidas de la proterva mente del enemigo jurado de Dios y de sus creaturas. Desde ahí han surgido aberraciones como la ideología de género, el aborto, el feminismo y el divorcio, etc., que, por su misma esencia antinatural, destruyen el edificio ético de la familia.
México en especial tiene la fortuna de poseer el manto que resguarda a las familias mexicanas; es el constante cuidado que tiene nuestra Madre común, la mexicanísima Morenita, la Virgen de Guadalupe, que la única y verdadera esperanza, pues sólo Ella puede mantenernos vivo el amor al "verdadero Dios por quien se vive".
Aunque creen cantar victoria, el enemigo que se ha presentado en México como la 4T, los mexicanos en general -a pesar de nuestras fallas- nos mantenemos fieles al divino Hijo de María Santísima. Esto se demuestra en la convocatoria al primer Informe del actual gobierno en el Zócalo capitalino que con dificultad pudieron llenarlo a la mitad, claro, con puros acarreados.
Contrariamente, el festejo por las Apariciones de la Virgen de Guadalupe -que casi cumplen el 500 Aniversario-, reunió en un solo día ¡10 millones de peregrinos, fruto de millones de familias que conforman un México católico y guadalupano!
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL