LA LIGA SANTA
LA LIGA SANTA
La Liga Santa (1571-1573) fue una coalición militar convocada por el Papa Pío V, a petición de la República de Venecia, debido a la presencia del Sultán Selim II y al desembarco de su ejército para apoderarse de Chipre, que era una posesión veneciana.
El Papa consiguió convencer a España para ayudar y formar una coalición armada, y así, enfrentarse a los turcos otomanos. Y es por eso que reúne en el puerto de Suda (Creta) en la Isla de Candia, por parte de Venecia: 136 galeras, 11 galeazas y 14 naves, que estaban al mando de almirante y general Jerónimo Zanne; las fuerzas pontificias mandaron a Marco Antonio Colonna con 12 galeras; y Felipe II, Rey de España, aportó 50 galeras comandadas por Juan Andrea Doria. En total, 198 galeras, 11 galeazas y 14 naves con 1300 cañones y 48,000 hombres.
El 9 de septiembre de 1570, después de un asedio de dos meses, cayó ante el ejército otomano, Nicosia, capital de Chipre. Y ante el avance turco, el Papa Pío V, impulsó la formación de la Liga Santa y un 25 de mayo de 1571 se constituyó.
La Liga Santa conformada por España, Estados Pontificios, Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya, era lidereada por Juan de Austria quién ordenó a los Generales católicos a su cargo, la salida de la flota el 15 de septiembre, y al alba del 7 de octubre, las flotas cristianas y turcas se encontraron en el Golfo de Lepanto.
Comenzando la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperaban ver los venideros (Miguel de Cervantes.)
Durante dos horas se peleó con ardor por ambas partes, y por dos veces fueron rechazados los españoles del puente de la Galera real turca, pero, en la tercera embestida, aniquilaron a los jenízaros (infantería de élite del Imperio Otomano) que la defendían; y herido el Sultán de un arcabuzazo, un remero cristiano le cortó la cabeza.
Al izarse un pabellón cristiano en la galera turca, arreciaron el ataque las naves cristianas contra los capitanes turcos, que no se rendían, pero, al final, la flota central turca fue aniquilada.
Cuenta la tradición que, mientras la batalla acontecía, el Papa Pío V rezaba el Rosario en Roma. Tras salir de su capilla, manifestó que durante el rezo había sido divinamente inspirado, y anunció que la Santísima Virgen María había concedido la victoria de los huestes cristianas frente a la barbarie mahometana.
¡La victoria cristiana fue total! … aunque se perdieron 12 galeras cristianas, y 7,600 hombres. Se contaron 190 galeras turcas apresadas, de las que sólo 130 estaban útiles, 5,000 prisioneros y se liberaron a 12,000 cautivos. Se estimaron entre 20, 000 y 30,000 las muertes del enemigo.
¡Ni el valor, ni las armas, ni los caudillos, sino, Nuestra Señora del Rosario nos convirtió en ganadores!