LA HERMOSA HISTORIA DEL TEPEYAC
LA HERMOSA HISTORIA DEL TEPEYAC
Volvemos a tomar la pluma, para volver a enaltecer al misterio Guadalupano.
Siempre he dicho que, si me contaran los acontecimientos en el cerrito del Tepeyac de hace 490 años, de seguro sonreirías y tacharía de "locos bien intencionados" al que escuchara narrar esta historia ... pero la Fe que me inculcaron en casa desde pequeño, me hacen enternecerme ante esta historia.
Ni sombra de duda, nunca he puesto en entredicho el acontecimiento Guadalupano. Estamos tan familiarizados con la bendita imagen de Nuestra Señora de Guadalupe que no reparamos en que rompe el esquema plástico del siglo XVI, y que la perfección en su diseño y la proporción aurea esta presente en todos sus detalles.
El atavío de la virgen es el de una princesa mexicana, con el cabello suelto, símbolo de su virginidad y la cinta negra con moño a su cintura, símbolo de la mujer en estado de buena esperanza.
Sólo la virgen tiene un manto de estrellas que corresponden a su posición en el firmamento en el solsticio de invierno de 1531.
Su exquisita figura tapa el sol de los antiguos dioses del Anáhuac, se posa sobre la luna y el ángel que la sostiene tiene unas alas de águila tricolor, como nuestra bandera.
Otro detalle importante en su imagen, su rostro y sus manos no corresponden a una indígena si no a una mujer mestiza de dos mundos.
Es tan entrañable su imagen, que, a lo largo de la historia, su presencia está en todos los rincones de la patria, ha sido enarbolada en la Independencia.
En México hasta los "malos" son Guadalupanos, Ateos, políticos, mafiosos, etc., son tenaces defensores del acontecimiento Guadalupano.
¿Qué tiene la virgencita de Guadalupe que enamora a los mexicanos?... Primero esta dama celestial bajo del cielo para ser la madre común de los mexicanos, enviada por nuestro amorosísimo Dios Padre, que, al ver las circunstancias de los habitantes del Anáhuac, tuvo compasión de ellos y envío esta hermosa imagen de la Reina del Cielo, para presidir todos los hogares de México.
Su presencia hecha por el pincel Divino del Padre, sobre el áspero tejido de la tilma de Juan Diego, es en sí un gran milagro, ya que no es posible según los expertos que un tejido de esa naturaleza haya sobrevivido ya casi 500 años.
Y Segundo: Todo el dialogo del Nican Mopohua de la Santísima Virgen con Juan Diego, es de una hermosura y sencillez, que conmueve el alma al leerlo o escucharlo.
Que mejor tener una madre como intercesora de nuestros humanos conflictos con Jesús ... su hijo que ha puesto su corazón y el de María como refugio de nuestras angustias, desasosiegos y temores.
Así que este 12 de diciembre, no te olvides de nuestra madre común, ella te ama, con el amor desinteresado de una madre, te comprende, te consuela y te ayuda en todas las circunstancias de la vida.
Tampoco te olvides de Juan Diego que después del milagro, vivió al servicio de la bendita imagen en su casita del Tepeyac.
¡Viva Santa María de Guadalupe!
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL