LA GLORIA DE SER MADRE

LA GLORIA DE SER MADRE

Ahora, en este tiempo en que la mujer rehuye la responsabilidad de ser madre, que prefiere deshacerse de sus hijos antes de dar a luz ... debo decirte mujer, que la plenitud de ser mujer, es llegar a ser madre. Recuerda que la capacidad única que tienes es la de "henchid la tierra"; y el sexo, y el placer que da, es una recompensa anticipada a las vicisitudes futuras de ser madre.

El sexo es eso ... el medio de procrear hijos y colaborar con Dios para aumentar los futuros ciudadanos del Cielo. Pero ... el sexo por el placer mismo, es utilizar el medio como fin y contravenir los planes de Dios, que ya contemplaba a tus hijos, en sus planes a futuro.

Por más inepta que seas como madre, serás más sabia, que la que los rechaza.

Los hijos que dan gloria a Dios en el Cielo, son en principio, la gloria de sus padres.

Ellos han cumplido el mandato, y rehuir a la maternidad habiendo ya concebido, es una rebelión y un rechazo al tesoro infinito de gracias de que serías receptora si colaboras con el Altísimo para gestar la futura población del Cielo que dará eternamente gloria a Dios.

Por eso, elevó Jesús el Matrimonio al grado de Sacramento, que no es otra cosa que colaboración de la creatura con el Creador.

Y en este caso, cuando el amor de dos se funde con el Sacramento, el lecho conyugal se convierte en un altar donde el acto de amor, inciensa al Creador.

El rechazo voluntario de ser madre cuando de hecho se es, es un rechazo a la Ley y Voluntad del Dios Prominente ... y, por lo tanto, un rechazo a todas sus misericordias.

La mujer salva su alma por el hecho de ser madre, las fatigas, preocupaciones y atenciones que generan su educación hasta llegar a ser adultos, cobra en las mujeres un precio muy alto, que algunas no se atreven a pagar ... pero el pago convenido por este desgaste es la beatitud en la eternidad.

Mujer, piensa a lo que te arriesgas al no cumplir con tu función de madre en la sociedad cristiana si libremente la aceptas. Ciertamente el Matrimonio no es obligatorio, pero sí la crianza de los hijos concebidos. Si abortas, es terrible lo que te espera, primero como criminal de lesa humanidad, luego como rebelde a la Divinidad ... Serás juzgada con extremo rigor ... No te dejes llevar por ideologías pues arriesgas tu eternidad ...

Los hijos son la salvación de todas las madres de la tierra, como lo dijo San Pablo. ¡Y una garantía de la felicidad antes de ir a recibir el pago al más allá! ... ¡la Gloria!

SAPIENTIA

LDI EDITORIAL