LA CUARESMA

LA CUARESMA

Es el tiempo litúrgico del calendario cristiano, destinado a la preparación espiritual de la fiesta de Pascua.

Estas seis semanas de purificación e iluminación interna, se celebra en la Iglesia Católica.

El color litúrgico es el morado, que es el símbolo de la penitencia, que cubre las cruces y representaciones religiosas durante cuarenta días. Esta vieja costumbre de velar las imágenes religiosas tiene la intención de enfocarnos en el aspecto penitencial de esta temporada litúrgica. Nos recuerda de una manera visual que nuestra fe en toda su gloria solo es posible a través de la obra de Cristo en su sufrimiento y muerte de cruz.

Esta ceremonia "Expresa la humillación a la cual Nuestro Salvador se sometió y se cubre con el lúgubre velo la Santa Cruz".

En este tiempo el único objeto de la meditación serán la Pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, en un ambiente triste y sombrío.

En el Centro de la liturgia se yergue la Santa Cruz, en cuyo honor se entonan himnos de penitencia y misericordia.

Estos indicios de duelo por la muerte del Señor, la Iglesia no quiere distraer su mirada con las bellas esculturas, con los esplendores del arte, ni siquiera con los metales que adornan el signo de la Cruz.

Hay que recordar que, en la liturgia del tiempo de cuaresma, recordamos y tenemos presente la muerte de Jesucristo que como Dios no muere, pero como hombre sufre y muere por los pecadores del mundo. No es cosa ligera la muerte del autor de la vida. Ya el viernes santo del año 33 D.C, estaba Dionisio, juez en el areópago de Atenas observando el eclipse de sol a las 3 de la tarde, acompañado de un colega y expresó, según una tradición: "La naturaleza muere o su Creador perece". Esta observación de Dionisio Areopagita reconoce el acontecimiento de la crucifixión, como un hecho extraordinario.

Hoy después de 1989 años, este evento se sigue recordando al final de la cuaresma del viernes santo.

La magnitud de este hecho les da a los cristianos la certeza de su salvación, y confirma la esperanza en la otra vida con la resurrección de Jesús.

La penitencia que nos propone la Iglesia católica para este tiempo es fruto del arrepentimiento por nuestros pecados y nos insta a pagar en esta vida y una pequeña parte para el perdón. La mortificación mental y física por amar a Dios con el objetivo de unirse a la pasión de Jesucristo y por lo tanto, como medio de participación en la redención y recordatorio del gran sacrificio expiatorio de Jesucristo por todos los que han vivido o vivirán sobre la tierra.

El sacrificio que nos pide la Iglesia en este tiempo, es dar al señor todo lo que se requiera de nosotros; nuestro tiempo en la oración, nuestros bienes a la caridad, pero sobre todo ... "Un corazón contrito y humillado".

SAPIENTIA LDI

EDITORIAL