LA ALEGRÍA
Cualidades versus Virtudes
LA ALEGRÍA
La Alegría, del latín <alecris>, se dice ahora, que es una emoción amistosa o una sensación de la felicidad de duración limitada.
En la Filosofía antigua, se compara con el delirio o locura. Comentado en el "Fedro", Platón la refiere como presencia de lo divino como flujo. Cicerón decía de la Alegría, que es "Un estado del alma que, confortado con la posesión de un bien, no pierde su serenidad. Existen mil definiciones de acuerdo al perfil del pensador a través de los siglos...
Pero la definición más perfecta de Alegría es aquella que surge del conocimiento del sentirse "hijo de Dios". Se puede condensar en que la Alegría "es la expresión de la Felicidad" ... la alegría del amor aún en la tribulación. Kempis decía: "Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo, la tiene seguramente el hombre de corazón limpio".
En este mundo actual, dominado por el ego, las personas suelen ser ásperas, impacientes, duras, amargas y disgustadas, porque han perdido el sentido de la Alegría. Ese sentido está fundamentado en la certeza (Fe) de que Nuestro Señor Jesucristo es el Verbo Encarnado... ¡el Redentor del Hombre!... Y esta certeza se ha perdido, y con ello la alegría, la paz, el abandono, la resignación y el gozo de ser hijos de Dios... Ya no damos testimonio de nuestra alegría. ¡Recuperemos el motivo de nuestra alegría!... ¡Somos hijos de Dios!
Éste es motivo suficiente para la alegría, la alegría que es la clave de la Historia. Demos la espalda a la tristeza y a la melancolía; estas emociones sólo caben en quienes han perdido la Esperanza. "Dios es Amor", decía San Juan. La Alegría está por encima de las contradicciones y el dolor.
Enamórate de Cristo, que la Alegría es el Amor disfrutado. Permite que vuelva a tu corazón y dejarás atrás la tristeza, el torbellino sensorial de aparente alegría, el alcohol, las drogas o el abuso sexual. Recupera la Amistad con Dios, recuerda que esta Amistad es eterna, es la alegría de los bienaventurados... El Cielo está en la tierra cuando la Alegría surge de la paz interior, de la paz de la conciencia recta.
Rescata la alegría de ser Esposa y Madre o de un Esposo y Padre, que la Alegría radica en una buena educación a los hijos.
Rechacemos todas las ideologías que nos apartan de la fuente de nuestra verdadera Alegría. Busquemos agradar en todo al Señor, haciéndolo feliz con cada una de nuestras acciones. "Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía", decía San Felipe Neri.
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL