SACRILEGIOS EN FRANCIA... ¿DÓNDE MÁS?
¿Qué es un sacrilegio?... Un gravísimo pecado en contra de la Fe Católica, que consiste en la profanación de una persona, lugar o cosa sagrada. Ciertamente, estos delitos en contra de la sacralidad de la verdadera Iglesia de Dios, existen desde que ésta nació. Es decir, durante veinte siglos, a la par de la santidad, grandeza y reverencia que la Iglesia Católica ha merecido en su doctrina, por desgracia, ha crecido la cizaña interna o externamente. Esos agravios contra clérigos, monjes, monjas, objetos o templos, ha ido en aumento en los últimos lustros, años, meses, días, y en cualquier rincón del mundo.
Hace algunos días, el 26 de octubre, al noroeste de Francia, unos asaltantes se llevaron el copón con hostias consagradas. Sin embargo, pareciera que estas alarmantes noticias ya no estrujan nuestro corazón al ver la frecuencia con que se cometen. Pero, al menos, preguntémonos ¿por qué están creciendo estas terribles profanaciones que se hacen no sólo contra personas u objetos consagrados sino en contra del Sacramento por excelencia como lo es el de la Eucaristía? ¿Por qué atacan al mismo Jesucristo que está realmente presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de manera espiritual, en las Hostias consagradas?...
En la pregunta, se esconde la respuesta… Porque se trata de atacar a Cristo mismo, al Dios-Hombre que vino a enseñar la religión de la caridad, de la verdad y de la misericordia; al Fundador de la única religión verdadera.
Independientemente de que si en todos los casos de profanación en Francia hay o no evidencias de las intenciones de los autores, lo que sí es seguro son los hechos: muertes, incendios, robos y vandalismo (destrucción, grafitis, etc.) en Saint Etienne du Rouvray (2016); Notre Dame des Enfants en Nimes; Saint Sulpice y ¡Notre Dame!, en París (2019); Cd. de Niza (2020); Sagrado Corazón de Jesús, en Burdeos (2023); San Juan Bautista en Val de la Haye, y Notre Dame de Vire (2024).
¿Quiénes son los autores?...
Aunque que no todos los autores de estos crímenes sean musulmanes -o digan que no hay evidencias-, sí lo han sido en los crueles asesinatos al puro estilo islámico: degollando a sus víctimas, al grito de alabanza a su deidad. Los católicos europeos por fin están comprobando el verdadero peligro de la inmigración de musulmanes quienes están desplazando social y laboralmente a la raza europea, arremetiendo con violencia en contra de las sanas costumbres cristianas, o por lo menos, civilizadas. Y lo peor ¡han manifestado su odio a la religión Católica! ¿Cómo no van a odiar a los católicos si los consideran "infieles" y obstáculo para la expansión de sus creencias que han de imponerse a la fuerza? ¿Cómo no van a odiar a Nuestro Señor Jesucristo si siempre ha predicado la caridad, el perdón y la paz, y su deidad manda la fuerza, la muerte y la guerra?
Y qué decir del odio que por siglos han profesado en contra del Catolicismo, los perpetradores de la Revolución Francesa y los libertarios y anarquistas que se han esforzado por incendiar al mundo entero con las mortíferas antorchas de la libertad, igualdad y fraternidad? Nos estamos refiriendo a los ejércitos de masones franceses que han descristianizado a la Francia católica, hija primogénita de la Iglesia y Madre de innumerables santos y mártires.
¿Y qué tal los satanistas que, con el pretexto de su celebración del "inocente" noche de brujas acostumbran a robar Hostias consagradas y/o niños y vírgenes para sus demoníacos rituales?
Católicos franceses y del mundo entero: si no podemos poner rejas en los altares y en los templos para evitar estos sacrilegios, inyectemos más Fe en nuestras oraciones para desagraviar a Jesucristo Sacramentado de semejantes ofensas, y evangelicemos a los descreídos o extraviados con una vida católica ejemplar.