PILARES DE LA SOCIEDAD
Theodor Mommsen en su magnífica obra La Historia de Roma, menciona que la caída del Imperio Romano se dio, entre otras causas, porque las grandes señoras romanas, tomaron en segundo término su valioso papel de ser madres. El amor que el romano sentía por su patria, por su ciudad, no surgía de manera espontánea, en el hogar era la madre la que inculcaba a sus pequeños ese amor y orgullo de ser romano, y cuando adultos, en su inmensa mayoría, resultaban ser excelentes ciudadanos. En la medida en que la mujer cambió, en esa medida el Imperio fue decayendo.
También nos cuenta, Mommsen que, ante la estrepitosa derrota de los romanos en la batalla de Cannas ante los Cartagineses, comandados por Aníbal, el Imperio corría peligro, quizás como nunca antes, y la respuesta de todo el pueblo fue unánime. El Senado, las familias patricias, comerciantes, ¡salvar a Roma al precio que sea! Es aquí donde las grandes Señoras de la ciudad muestran, su grandeza: nos cuenta el historiador que acudieron en masa a donar todas sus joyas y cosas de valor para que se dispusiera de ellas para formar otro ejército y armarlo, lo más rápido posible. Entonces Roma pudo estar un poco tranquila.
Lo anterior lo destacamos para hacer notar el papel tan valioso que aportan las mujeres para su sociedad, muchas veces poco notado y menos reconocido, pero si revisamos la historia, encontraremos pasajes semejantes. Olga de Rusia fue quien llevó el Cristianismo a su patria. Juana de Arco lidereó, con gran valor, la lucha contra los ingleses y en esa guerra justa ganó su santidad. Y que decir de las "Brigadas Juana de Arco", compuestas exclusivamente por mujeres, que surtían de parque, armas y alimentos a los cristeros a riesgo de sus vidas. Y ¿a qué viene todo esto? ¿A dónde queremos llegar? Años después las cosas no han cambiado gran cosa, las mujeres siguen teniendo un papel determinante en la sociedad, sea ésta la que sea. Los ideólogos del Nuevo Orden Mundial (NOM) lo saben muy bien y han apuntado sus baterías a cambiar los valores de las mujeres. Saben que si una mujer deja de hacer su función principal, madre y educadora en la intimidad del hogar y baluarte de los valores trascendentes de las sociedades armoniosas y funcionales, sería más fácil destruir la civilización Cristiana Occidental.
Los graves problemas de la actualidad por la que atraviesa la humanidad son múltiples; pérdida de valores, ideologías impuestas por élites económicas, que ambicionan dominar a toda la sociedad, crisis económicas provocadas, crisis de salud a nivel mundial, guerras, etc. creadas exprofeso para someternos a una psicosis y desesperación, donde lo que buscamos es quién nos saque del caos y estamos dispuestos, equivocadamente, a entregar nuestra voluntad a las élites financieras mundiales.
Ellos saben la importancia de la mujer en la sociedad y han creado todo un entramado para cambiar su mentalidad; ya no quieren tener hijos so pretexto de no perder su libertad y su libre desarrollo; ahora es más importante los logros sociales y económicos que tener una familia. Por otro lado, y abona a lo mismo, el feminismo radical que contempla al hombre como enemigo de las mujeres, le hace creer que el hombre es violador, el hombre es explotador, machista, y no les dan tiempo de enterarse que hay hombres violadores, explotadores y machistas, no todos los varones entran en esas categorías.
La sociedad actual está sobre sexualizada: el sexo es principal placer y solo eso; cada fin de semana con el o la que sea, sin compromiso, responde a instintos primarios básicos del ser humano. A la mayoría de los jóvenes les resulta incomprensible y hasta ridículo, esperar el matrimonio para ejercer ordenadamente esta facultad y procrear hijos. Los medios de comunicación masiva son los instrumentos usados para "normalizar" este estado de cosas. Hedonismo, consumo de alcohol, drogas y lo que nos ofrezca el "gozo inmediato". Los promotores del Nuevo Orden Mundial están locos de contento, consideran que la humanidad camina por donde ellos quieren. Una sociedad sin principios, sin valores perennes, pero sobre todo sin Dios.
A esto le llaman progreso, libertad, conquistas. Por fin ha llegado la era donde el hombre está pleno, sus glándulas, instintos y estómago son satisfechos a plenitud. Darse placeres al por mayor, todo está permitido, los principios y valores que guiaron con éxito a la humanidad son estorbos. EL hombre vuelve a caer en el viejo engaño: Come de este fruto y seréis como dioses.
Graves consecuencias desfavorables para la humanidad ya se empiezan a notar y una de ellas es la tendencia a la baja de matrimonios y de natalidad. En toda Europa están en crisis por falta de gente joven, lo mismo en varios países de Oriente: sus gobiernos viven con una preocupación bien fundada por falta de población y están intentando revertir las tendencias, con muy poco éxito. Por cierto, la mayoría de los habitantes están felices con sus desenfrenos. En América la curva descendente de nacimientos se acerca al límite, que es de 2.1 por ciento de crecimiento poblacional, para mantener tan sólo el equilibrio y la población permanezca estable.
Algunos estudiosos del asunto comienzan a reconocer que la falta de natalidad es consecuencia de lo que hemos mencionado. El sentido común basta para darnos cuenta de la etiología del problema.
Cuanta falta nos hacen las mujeres de antaño, que supieron formar hombres y mujeres, temerosos de Dios y amantes de su patria.