NICARAGUA HOY

30.03.2023

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y su Sra. esposa, Rosario Murillo, vicepresidente, con toda la maldad encubierta de patriotismo, con todo el odio encubierto de celo por sus responsabilidades ante el pueblo, con todo el poder de un dictador encubierto de un humilde servidor de la gente, han ordenado expulsar a 222 nicaragüenses de su propio país y que casualmente, son los representantes de los miles y miles de opositores a su gobierno.

Pero hubo un inconveniente: el Sr. Rolando Álvarez Lagos se negó a subir al avión, hecho que enfureció a la pareja del mal; para pronto le inventaron una serie de delitos y, de estar en prisión domiciliaria, lo juzgan y lo encarcelan en la prisión de alta seguridad llamada "La Modelo" en Tipitapa; le dictaron una sentencia de 26 años y cuatro meses, acusado de "traición a la patria".

Uno se pregunta: ¿por qué tanto odio hacia su persona? Pues, resulta, que el Sr. Rolando es Obispo de la Diócesis de Matagalpa y como buen pastor, ha preferido el sufrimiento de la cárcel a dejar a sus feligreses; él sabe que es un acto de testimonio, pues preso, poco puede hacer, pero ese acto de valentía da fuerza al pueblo nicaragüense. Desgraciadamente no es el único Sacerdote preso, hay un grupo encarcelados y condenados a diez años de prisión.

El dúo del mal ha recibido presiones de diferentes organismos internacionales, del Vaticano, de grupos defensores de los derechos humanos, pero, como verdaderos dictadores, ni ven ni oyen, todo lo contrario, se hacen pasar por víctimas del imperio. Con ese aplomo para enfrentar la crítica internacional y hacer declaraciones en contra del Sr. Obispo, dándole una serie de calificativos rabiosos, salidos de las entrañas de un ser desalmado, este hecho, repetimos, los gradúa con mención honorífica como dictadores sin par, en nuestro continente.

Los católicos de Nicaragua deben saber que estamos unidos con ellos en estos momentos de sufrimiento por el acoso a su persona, por el solo hecho de ser creyentes; de tener prohibido manifestar su fe y de estar obligados a practicar sus creencias en la clandestinidad. Sepan que nuestras oraciones son para que Dios Nuestro Señor les dé fortaleza en estos momentos tan difíciles.

Terminamos con una oración que publicara la revista "Mikael" hace ya varios decenios, cuando la dictadura bolchevique prohibía la religión -principalmente la Cristiana- en todas las naciones donde dominaba. Tiene la intención de que el clero católico no claudique, de pedirle a Dios Nuestro Señor y a su Santísima Madre, nos dé la valentía, a los nicaragüenses, a todos los católicos de América y del mundo entero, para resistir los tiempos tan difíciles para nuestras creencias. Si Dios con nosotros ¿quién contra nosotros?

ORACIÓN A MARÍA

Esta oración fue rezada por primera vez en el año de 1974 en una procesión solemne por católicos ucranianos expatriados en Bélgica.

Madre de la inmortalidad: ten misericordia de todos aquellos cuya vida peligra bajo el régimen comunista.

Esperanza de cuantos perdieron toda esperanza terrenal: ten compasión de nuestros presos en las cárceles, los campos de concentración y los manicomios.

Justicia para todos aquellos a los cuales el mundo no hace justicia: ten misericordia por todos los condenados por la fe, por su amor a Dios, por su patria y por la verdad, así como también de los que están en peligro de ser condenados.

Liberación de los esclavos: libéralos a ellos, que son justos, tú que incluso a los pecadores salvas del peligro del infierno.

Madre de los corazones magnánimos y puros: conserva el temple de nuestros hermanos en medio de las pruebas inhumanas, fortalécelos contra las tentaciones del enemigo, ayuda al crecimiento de aquellas hermosas flores del sacrificio, porque la inquebrantabilidad de ellos nos es aquí tan necesaria como el agua, el aire y el pan de cada día.

Madre de los que sufren: troca cuanto antes su suplicio en merecida y completa felicidad y haz que sus padecimientos aboguen por nosotros ante el Juez justísimo que premia y castiga según la verdad.

Madre de madres: Mira a las madres abandonadas, solas e indefensas, a las esposas, a los parientes, a los amigos de los presos, porque ellas y ellos, entregados enteramente al poder del odio humano e inhumano, no tienen otro refugio fuera de ti.

Madre del Perpetuo Socorro: bendícenos por los sollozos y las lagrimas de los niños que los presos han dejado huérfanos y devuélveles su padre y su madre.

Madre del Perpetuo Socorro: bendícenos por la ayuda que a ellos hacemos llegar mediante nuestros regalos, nuestras palabras ante el mundo a su favor, y sobre todo mediante la oración. Las fronteras políticas son incapaces de frenar nuestra suplica; ella llegará a pesar de todo.

Madre de Cristo preso: por los dolores y sufrimiento de tu Hijo, y por los méritos de aquéllos que llevan su cruz en pos de Él, resucita a nuestro pueblo para la otra vida, ésta sí en verdad libre. Amén.