NAVIDAD EN GUADALAJARA
¡Guadalajara es la ciudad más bonita de México! (dicen algunos), para los que vivimos en ella es una realidad.
Cada sector, cada barrio tiene lo suyo. En ellos todavía prevalece el espíritu de Navidad, somos una sociedad que en esta época circula ponche por las venas, amán los tamales y atoles … que decir del clásico pavo, llamado turkey en el gabacho … ya saben ¿por qué le dicen turco al pavo? … resulta que el pavo para los europeos era una cosa exótica y extraña … y todo lo que no se parecía a lo conocido, venía de Turquía. Así, los colonos europeos en Norteamérica al ver a los pavos silvestres los llamarón Turkey. Con tanto paisa en el norte, también mandaron no sólo dólares, sino la costumbre del Día de Gracias; pero aquí, lo cenamos en Navidad.
Por otra parte, a los tapatíos nos encanta salir de compras, no en balde, Guadalajara es la ciudad donde más plazas comerciales hay, que hacen las delicias de los compradores.
¡En diciembre en Guadalajara no hay pobreza! … todo mundo gasta y es generoso hasta la médula.
Y ¿cómo se celebra la Navidad? … la mayoría responde … regalando a la familia, a los amigos ... ¡aunque me quede sin plata!
Esa euforia por comprar se une al fervor religioso de la Navidad, dónde en la mayoría de las casas se ha instalado un nacimiento, que algunos conservan hasta el día de la Candelaria. Y ¿el árbol? Bueno, es una costumbre cristiana y no gringa, por lo que el árbol navideño representa un símbolo de la fertilidad y la regeneración en la antigüedad … ya cristianizado, el árbol representa la vida y la estrella en la cima es la de Belén que los Magos siguieron para encontrar a Jesús.
Así, entre la cena de Navidad que reúne la familia el pie del árbol y nacimiento, celebramos en Guadalajara la Navidad. Por lo general, nos abstenemos de andar en los antros, que dejamos para celebrar como paganos el fin de año y recibir el nuevo entre la algarabía de los amigos. El ponche y los buñuelos coronan la cena, para aligerar el festín navideño que curiosamente, es en esta cena tan fastuosa la celebración del nacimiento del Dador de todo, pero Él nace en la humildad.
¡Saludos a los habitantes de la Perla tapatía o Ciudad de las rosas! … sigamos festejando la Navidad con ese espíritu generoso que nos deja con los bolsillos vacíos, pero con el corazón rebosante de alegría porque ha nacido el Salvador.