Mozambique: Incendian una iglesia y secuestran a once niños

Los ataques, perpetrados la noche del jueves al viernes por militantes afiliados al autodenominado Estado Islámico, afectaron los distritos de Nangade y Palma, en la provincia de Cabo Delgado. Aquí se libra una guerra desde hace ocho años, con más de 6.200 muertos y más de 1,3 millones de desplazados.
Guglielmo Gallone - Ciudad del Vaticano
Una iglesia incendiada, tres muertos y once niños secuestrados: este es el último y trágico saldo de la violencia yihadista que continúa devastando el norte de Mozambique, a pesar de la indiferencia mundial. Los ataques, perpetrados la noche del jueves al viernes por militantes afiliados al autodenominado Estado Islámico, afectaron los distritos de Nangade y Palma, en la provincia de Cabo Delgado, donde se libra una guerra desde hace ocho años, con más de 6.200 muertos y más de 1,3 millones de desplazados.
La última masacre
La iglesia incendiada se encontraba en Nangade, donde los atacantes mataron a dos civiles e incendiaron numerosas viviendas y comercios. Unas horas después, otro grupo armado asaltó Palma, ciudad estratégica por la presencia de un importante proyecto de gas natural licuado (GNL), propiedad del grupo francés TotalEnergies. Allí, según fuentes locales citadas por la agencia de noticias AFP, unos quince hombres atacaron al menos cuatro viviendas, asesinando a una persona y secuestrando a once menores (siete niñas y cuatro adolescentes) antes de desaparecer en la noche. Este es el primer ataque en Palma desde 2021, cuando un gran atentado causó más de ochocientas muertes y obligó a la empresa francesa a suspender las obras de la terminal de Afungi, que ahora se están reanudando. Según algunos analistas, la nueva ofensiva está vinculada precisamente a la reanudación del proyecto energético, que los rebeldes quieren obstaculizar para demostrar que la región aún no es segura.
La maldición de los recursos naturales
La provincia de Cabo Delgado, de mayoría musulmana y una de las más pobres de Mozambique, confirma así su posición como epicentro de un conflicto que combina motivaciones yihadistas, tensiones sociales e intereses económicos vinculados a la explotación de gas y rubíes. Este país alberga la mina de rubíes más grande del mundo, Montepuez, el 7 % de las reservas mundiales de grafito, un material cada vez más importante para la industria de los coches eléctricos, y 85 billones de pies cúbicos de gas natural. Sin embargo, Mozambique es uno de los países más pobres del mundo. Y, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más de 110.000 personas ya se habían visto obligadas a huir de sus hogares para 2025: de ellas, 22.000 se vieron obligadas a huir en una sola semana el pasado septiembre.
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