Minnesota prohíbe a terapeutas brindar ayuda a menores con problemas de identidad de género

23.09.2025

La ley aprobada en 2023 impide que consejeros clínicos acompañen a jóvenes que buscan orientación distinta a la que afirme su orientación sexual o identidad de género. Psicólogos cristianos denuncian que se vulnera la libertad de los pacientes y que se deja de atender el sufrimiento real de muchos jóvenes.

(CatholicWorldReport/InfoCatólica) En 2023, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, firmó la ley House File 16, que entró en vigor el 1 de agosto. Esta norma prohíbe lo que denomina «terapia de conversión» en menores, restringiendo a los consejeros clínicos de salud mental la posibilidad de orientar a quienes expresan el deseo de cambiar su orientación sexual o identidad de género.

David Kirby, consejero clínico en Minnesota, afirmó a CNA que la ley ha creado «una nueva minoría: los jóvenes con atracción hacia el mismo sexo que no la desean». Y añadió: «Hay personas que consideran que su atracción homosexual es ego-distónica. No la quieren. Quizá algunos nacieron con esa tendencia, pero saben que no es lo que fueron creados para ser».

La Asociación Americana de Psicología (APA) rechaza los llamados «esfuerzos de cambio de orientación sexual». Argumenta que estas prácticas no constituyen terapia en sentido estricto y sostiene que «las atracciones, sentimientos y conductas homosexuales son variaciones normales de la sexualidad humana». Según esta entidad, «los intentos de cambiar la orientación sexual son poco exitosos y pueden implicar riesgos».

Los críticos de la prohibición advierten que la medida puede disuadir a los terapeutas de abordar otros problemas psicológicos que acompañan con frecuencia a la atracción hacia el mismo sexo o la disforia de género, como depresión, ansiedad o traumas. Kirby asegura que algunos profesionales cristianos temen ser sancionados si no se limitan a confirmar la orientación o identidad manifestada por el paciente.

En su opinión, «la ley ha encerrado a las personas en la idea de que no pueden cambiar ni siquiera si lo desean». También, según él, genera una percepción errónea de homofobia o transfobia hacia quienes piensan distinto. «Estas ideas son engañosas y dañinas para quienes padecen atracción hacia el mismo sexo o disforia de género», añadió.

Kirby recordó cuál debería ser la misión del terapeuta: «Estamos para escuchar lo que el cliente quiere, no para imponer una agenda. Si sentimos que no podemos ayudarle, se lo decimos».

Según el Movement Advancement Project, un grupo de presión LGTB, el Distrito de Columbia y 23 estados de Estados Unidos tienen leyes que prohíben estas prácticas, mientras que otros cuatro estados y Puerto Rico las restringen parcialmente.

Un caso que reabre el debate

El debate en Minnesota se intensificó tras el ataque cometido en agosto en un colegio católico de Minneapolis por Robin Westman, de 23 años, que causó la muerte de dos niños y dejó al menos 20 heridos. En un vídeo previo, Westman había escrito: «Sé que no soy una mujer, pero definitivamente no me siento como un hombre».

Kirby observó que Westman lamentaba su «adoctrinamiento» en la identidad trans. Consultado sobre cómo habrían respondido él u otros consejeros cristianos si este joven hubiera pedido ayuda, señaló: «Habría encontrado personas que no le juzgarían, que le habrían amado y acompañado en su situación».

El consejero explicó que el acompañamiento cristiano se centra en «prestar atención amorosa, escuchar su historia, comprender su confusión y caminar con él». Subrayó que «nadie le habría impuesto una agenda, sino que se le habría acogido con compasión para ayudarle a descubrir su dolor».

Finalmente, insistió: «Al final, no se trata de cambiar de género. Esa no es la solución. Se trata de encontrar el dolor más profundo y redescubrir quiénes somos a los ojos de Dios. Muchas personas recurren a la identidad de género, pero eso no resuelve la herida: es solo una distracción ante el sufrimiento más hondo del corazón». 

Fuente: https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=53421