Ley sobre suicidio asistido en Reino Unido llevaría al cierre de hospicios católicos

23.06.2025

La reciente aprobación en el Parlamento del Reino Unido de una ley que permite el suicidio asistido ha encendido las alarmas en la Iglesia. Los obispos temen que hospicios católicos deban cerrar si se les obliga a participar en estas prácticas. 

(TheCatholicHerald/InfoCatólica) Docenas de hospicios y residencias católicas para ancianos podrían verse obligados a cerrar sus puertas tras la aprobación, por apenas 23 votos de diferencia, de una controvertida ley de suicidio asistido en el Reino Unido.

La Ley de Adultos Terminales (Fin de la Vida) fue aprobada en tercera lectura en la Cámara de los Comunes con 314 votos a favor y 291 en contra. La normativa permitirá que adultos con menos de seis meses de vida puedan solicitar asistencia médica para acabar con su vida. Esta solicitud deberá ser validada por dos médicos y aprobada por un panel integrado por un trabajador social, un abogado y un psiquiatra.

Monseñor John Sherrington, arzobispo de Liverpool y obispo responsable de los temas de vida, expresó que los obispos se sienten «conmocionados y decepcionados» ante la votación favorable a esta ley. «Esta ley es defectuosa en su principio y contiene disposiciones que nos causan gran preocupación», afirmó.

«La Iglesia Católica cree en promover una cultura de la vida y del cuidado compasivo», añadió. «Permitir que los profesionales médicos ayuden a terminar con la vida de un paciente transformará la cultura sanitaria y generará temores legítimos entre personas con discapacidad o en situación de especial vulnerabilidad».

Monseñor Sherrington alertó también sobre el impacto en los cuidados paliativos, ya que «la experiencia indica que, salvo que se establezcan protecciones explícitas, los hospicios podrían verse obligados a cooperar con el suicidio asistido». De concretarse esta obligación, el futuro de muchas instituciones católicas estaría seriamente comprometido.

«Este no es el final del proceso parlamentario y no debemos perder la esperanza», añadió el prelado. «La verdadera compasión consiste en acompañar a quienes necesitan cuidados, especialmente durante la enfermedad, la discapacidad o la vejez».

«La vocación de cuidar está en el centro de la vida de muchas personas que atienden a sus seres queridos, y es signo de una sociedad verdaderamente compasiva... es esencial que cultivemos y renovemos ese llamado natural que muchos sienten para cuidar a otros con ternura».

Por su parte, los obispos de Inglaterra y Gales sostienen que «mejorar la calidad y la accesibilidad de los cuidados paliativos es la mejor vía para reducir el sufrimiento al final de la vida». La Iglesia continuará abogando por este camino.

El obispo Philip Egan de Portsmouth calificó la aprobación de la ley como «un desarrollo espantoso con consecuencias enormes, especialmente para los enfermos, los ancianos y los más vulnerables». Añadió que «la sociedad británica ha dado un paso más lejos de su patrimonio cristiano».

El obispo Mark Davies de Shrewsbury lamentó que «la Cámara de los Comunes haya abierto la puerta a la eutanasia bajo la apariencia del suicidio asistido». Subrayó que «es un momento triste para todos, especialmente para los más frágiles», y criticó que una medida de tal magnitud se haya aprobado «tras apenas unas horas de debate» con una mayoría mínima.

Davies expresó su esperanza en una posible reevaluación en la Cámara de los Lores y valoró el testimonio público despertado en defensa de la vida y la protección de los enfermos. «La atención paliativa debe seguir siendo nuestra prioridad», afirmó.

El proyecto, presentado por la diputada laborista Kim Leadbeater, pasará ahora a la Cámara de los Lores antes de recibir la sanción real.

El cardenal Vincent Nichols y el arzobispo Sherrington advirtieron antes de la votación que «las instituciones cuya misión siempre ha sido ofrecer cuidados compasivos podrían no tener otra opción que retirarse si se les exige facilitar estas muertes».

Además, alertaron de que el respaldo popular a los hospicios locales se verá socavado si se les obliga a actuar contra sus principios fundacionales.

Abogados de la Iglesia han advertido que el Gobierno podría imponer regulaciones para forzar la provisión del suicidio asistido en centros de salud y residencias, basándose en el principio de igualdad de acceso a los servicios. Esto podría condicionar la financiación pública a la disponibilidad de estos procedimientos.

El hospicio católico St Gemma's de Leeds declaró al Parlamento: «Si cumplir con la provisión del suicidio asistido se convierte en requisito para recibir fondos del NHS, instituciones como St Gemma's podrían verse obligadas a cerrar».

Por su parte, el hospicio de San José en Hackney publicó en octubre de 2024: «Como hospicio católico, nuestra postura es que el suicidio asistido no forma parte de nuestra práctica de cuidados paliativos y no es coherente con nuestro ethos ni nuestros valores. No aceleramos la muerte ni la postergamos. Valoramos la vida, pero también aceptamos la muerte natural cuando llega».

La nueva ley también impide a los empleadores sancionar a empleados que decidan colaborar con el suicidio asistido. Durante el debate parlamentario, un diputado afirmó que sería inaceptable que una institución impidiera a su personal ejercer el derecho a facilitar el suicidio de un residente.

Los impulsores de la ley sostienen que los «derechos» de los empleados y residentes deben prevalecer sobre la libertad institucional, lo que coloca a los hospicios católicos en una situación insostenible si sus propios empleados o médicos optan por participar en estos actos.

Finalmente, los asesores legales han advertido que un enfermo grave, que no pueda ser trasladado, podría alegar una violación de sus derechos si la institución en que se encuentra no le ofrece acceso al suicidio asistido.

La aprobación de esta ley plantea una amenaza directa a la continuidad de los cuidados paliativos católicos, que podrían desaparecer justo cuando más se necesitan por su alta calidad y escasos recursos. Por ello, los obispos han hecho un llamado urgente a los fieles para que contacten a sus representantes parlamentarios y soliciten que se opongan firmemente a esta legislación.

Fuente: https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=52710