LA PUREZA, UN TESORO

31.07.2025

La virtud de la pureza es un tesoro que solo se puede alcanzar y conservar con la gracia de Dios. Es más valiosa que cualquier joya y más bella que cualquier estrella; es extraordinariamente difícil de obtener y extraordinariamente fácil de perder. Bien escribió el Padre Emilio Enciso Viana: "es la virtud del alma; es la característica del ser racional creado por Dios, no exclusivamente para vegetar y sentir, sino también para pensar; no para que se revuelque por la tierra, sino para que se eleve hacia el cielo;…no para que se imponga el señorío del cuerpo, sino para que brille con todo su esplendor el señorío del alma; y el esplendor de este señorío es la pureza, y cuando en alas de ella se eleva el hombre, se perfecciona y se asemeja a los ángeles, de los que no difiere sino en que su espíritu se halla aquí bajo lastrado de un cuerpo disciplinado y sumiso, del que ellos carecen" ​(Viana, 1950, pág. 84)​.

En la época en la que vivimos, esta virtud es despreciada por la mayoría y para darnos cuenta de esto, solamente necesitamos ver a nuestro alrededor. Cuando yo lo hago, veo que muchas mujeres pierden cada vez más su pudor, que visten sin modestia, que tratan temas con los hombres de los que sólo podemos tratar con sumo respeto y discreción entre nosotras. Así mismo veo cómo muchos hombres hablan y tratan sin respeto a las mujeres, rebajándolas muchas veces a un vil objeto de sus más bajos instintos. En fin, veo cómo muchos hombres y mujeres toman confianzas el uno con el otro más allá de lo que es correcto; y cómo escuchan y cantan canciones obscenas, peor aún, veo como estas abominables canciones las bailan entre sí.

Todas estas deplorables acciones son causadas por el pecado de la impureza, del cual nos dice San Pío X: "es gravísimo y abominable delante de Dios y de los hombres; rebaja al hombre a la condición de los brutos, les arrastra a otros muchos pecados y vicios y acarrea los más terribles castigos en esta vida y en la otra" (Pío X, 2021, pág.75).

Quizás nos parezca que en la sociedad actual es imposible mantenernos puros, pero no debemos de desfallecer. Recordemos que Dios nunca permite que el mal venza y que con Su gracia lograremos llegar hasta el último día de nuestra vida con el alma blanca y resplandeciente. Somos humanos y podemos caer, pero que no sea nuestro estado habitual, ¡No caigamos en la indiferencia y languidez propia del derrotado! Pero ¿qué podemos hacer? No escuchemos, cantemos y bailemos canciones obscenas; no debemos de reírnos de chistes vulgares, en cuanto a los varones, es preciso que defiendan a la mujer de éstos y que no se queden con los brazos cruzados. Procuremos vestirnos con modestia y mantener un trato recatado con el sexo opuesto. Tengamos en cuenta que "entre santa y santo, pared de cal y canto"​ (Tóth, 2018, pág. 162)​. Cuidemos nuestras charlas entre varones y mujeres, recordemos que hay cosas que solo se pueden tratar entre personas del mismo sexo.

Quizás el mantenerse puros suene para muchos una exageración, algo pasado de moda, pero lo que nadie puede negar es que solamente entre almas puras puede florecer el verdadero amor.

​​Bibliografía

​​Tóth, T. (2018). Pureza y Hermosura. Ciudad de México: Éxodo.

​Viana, Enciso (1950). Muchacha. Vitoria.

​X, C. M. (2021). Pío X. Ciudad de México: Éxodo.

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Señorita Paulina Estrella.