LA BOTA Y LA CARICIA

31.07.2025

Con este título, nos referimos a dos visiones opuestas para ejercer el poder. En el primer caso, el poder es cuestionado pero ejercido por una plataforma militar para sostener su ejercicio. Esta visión es la preferida de los dictadores que han llegado al poder a través de las armas.

Lo primero que muere en esta visión es la opinión pública y la verdad. Cuando la cabeza tiene estas características, sus opiniones oficiales se derraman sobre las capas de poder dentro de una estructura piramidal.

En cambio, cuando el poder se ejerce desde la caridad fraterna, el código ético y moral este cimentado en la fe. En el caso del mundo católico, durante su gestión, tiene tintes evangélicos. Jamás había habido un sistema que le daba al poder la suavidad de una caricia.

Esta mirada, prevaleció durante casi mil años, cuando el Evangelio permeó las sociedades bárbaras europeas. A esta etapa civilizadora se le denominó Edad Media, entonces el mundo civilizado estaba focalizado en Europa.

Los Reyes que ejercían el poder en sus respectivos países, estaban sometidos a la Iglesia Católica, que representaba a Dios en la tierra, y avalaba la gestión de los monarcas a través de la doctrina social. Todo poder viene de Dios y los monarcas reconocían al representante de Dios en la tierra, o sea, al Papa que dirigía y corregía la gestión de los Reyes.

El poder espiritual de la Iglesia fue increpado por el liberalismo gestado en la sociedad renacentista, que aspiraba una gestión del poder más libre, más acomodada en los intereses los grandes señores.

Había caridad que es el amor hacia los demás. Con esta batuta el poder era suave y agradecido, sosteniendo la justicia clara del sermón de la montaña.

¿Por amor o por temor? … En la actualidad, quedan muchas referencias del amor de la Iglesia por el pueblo de Dios, como son el amor hacia los demás, las instituciones de servicio al prójimo, hospitales, escuelas, asociaciones y desarrollos urbanos. No han podido acabar con la influencia de la fe, pero han renunciado a las caricias; prefieren el rudo golpe de la bota, que es dolorosamente frío.

La democracia, impuesta por las repúblicas, es una serie de consideraciones en las que el poder "en teoría", radica en el pueblo. Esto es una mentira, sólo una forma de continuar el poder entre conjurados; la verdad es que la voluntad popular siempre ha sido ignorada y su ejercicio es sólo manipulación.

La democracia no es la salvación, simplemente es un camino más a la dictadura de pocos sobre la mayoría. La motivación siempre ha sido el dinero, y es el dinero el verdadero poder de dónde surgen los millonarios que han tomado el pelo al pueblo.

Tomen por ejemplo a México. La República ha caído desde el sexenio pasado, en manos del totalitarismo y empiezan a dar portazos a todas las instituciones que garantizaban el equilibrio en el ejercicio del poder. En los primeros días de septiembre, morirá en México, la República y caera en manos del enemigo de Dios y del pueblo.

¡Nadie protesta, todos esperamos un milagro! … ¿pero no es arriesgar demasiado? … La Constitución ha sido traicionada igual que el pueblo que la avala.

¿Qué acaso no es posible pensar en un país regido por una Constitución que incorpore el Evangelio en sus Artículos? ¿Y que sus gobernantes no estén en pleitos con el pueblo, por responder a sus convicciones, valores y principios?

La debacle del régimen republicano es no considerar la espiritualidad de los gobernados. Es el afán desmedido de sus riquezas, pero una Constitución acotada por el Evangelio … sería una posible solución, una caricia y que, sólo los mejores se postulen al ejercicio del poder … Ya es hora de que piensen primero en Dios y su pueblo.