EN DEFENSA DE LA VERDAD

30.10.2024

En el mundo no todo está perdido. La cultura que atesoramos del pasado no se ha podido extraviar a pesar de la barbarie de la Izquierda radical que pulula en Hispanoamérica. Resulta que la Providencia conserva inmaculado el legado de nuestros mayores. Este relevo cultural que protege el pensamiento del ayer, se conserva incólume.

Todavía existen pensamientos comprometidos con la tarea de siglos, para conservarlo para el futuro. Lo más valioso de este legado es, sin duda, la Fe, los principios y los valores de una civilización que ha renunciado a desaparecer. Cada generación aporta un pequeño número de gigantes que piensan por los demás y aportan sus talentos para contribuir en la tarea.

Como este tesoro se hereda, auspiciado por la Providencia, es difícil que desaparezca… porque Dios así lo quiere. Claro que con la colaboración voluntaria de estos elegidos. Me refiero a los intelectuales de Hispanoamérica, a los que se han pasado la vida ¡quemándose las pestañas!, en el atril de la Filosofía, la Historia y la Política, es decir, en las Humanidades. Hay que aclarar que me refiero a los intelectuales cristianos, no a los intelectualoides que abonan a los enemigos de la Cruz.

Los expositores de la Filosofía perenne, que son fuera de serie y visten la casaca de Jesús, son como actuales caballeros que esgrimían la espada en defensa de la Fe. En la actualidad son pocos, pero se suman a la larga lista de personajes que nos hablan desde el pasado con voz vibrante y cuyas ideas son de una actualidad sorprendente. Estos dignos personajes existen en toda la geografía hispanohablante, pero muy marcadamente en España, Argentina y México.

¿Quién no ha oído hablar con voz amable los contundentes argumentos apologéticos de don Javier Paredes y su pléyade de invitados a su programa "Marcando el Norte"? o de ese otro fenómeno de la televisión española, "Lágrimas en la lluvia", un debate moderado por Juan Manuel de Prada y María Carcoba, con un formato inspirado en un monólogo de la película Blade Runner, en la que se menciona la expresión "lágrimas en la lluvia". En el programa del Sr. de Prada ha tenido invitados como José Antonio Sayés, a catedráticos como Miguel Ayuso y Javier Paredes, al historiador Fernando García de Cortázar, el politólogo Antonio García Trevijano… En fin, España nos sigue dando soldados con la Cruz en el pecho, como insignia de su fe.

Argentina no se queda atrás y tiene, en la actualidad, intelectuales como Antonio Caponnetto, maestro, filósofo, historiador y poeta; su hermano, el Dr. Mario Caponnetto, médico especialista en Bioética, Antropología, Ética y Filosofía Tomista; el Dr. Rafael Breide Obeid, profesor en Letras, abogado, filósofo, educador, escritor y heredero de grandes pensadores como Hugo Wast, el Padre Castellani, Padre Julio Meinvielle, Enrique Díaz Araujo, etc., todos ellos señalados con el sello de la Cruz.

En México, aunque ha habido intelectuales católicos reconocidos, pareciera que han quedado escondidos por los intelectuales de izquierda que se han atrincherado en el poder y en instituciones educativas. Claro que tenemos pensadores cristianos; de que hay… ¡hay! Pero ¿dónde están? Obviamente el régimen anterior y el actual nunca han favorecido a estos talentos, es más, los han combatido. Los únicos que sí se conocen en los aparadores, traen puesta la casaca del Anticristo… ¡de ésos hay muchos!, hasta tiene su nómina en el Gobierno…

¿Pero Cristo no tiene soldados en México?... Aparentemente no… pero el pueblo sí obtiene su favor por pedido de su Madre, la Virgen de Guadalupe. Por lo pronto, seguiremos buscando en México un intelectual auténticamente católico del nivel de los ya mencionados… Debe haber, ¡debe haber!