EL LENGUAJE SABIO DE LA VIDA

07.11.2025

Lo bueno… viene en envases pequeños: las esencias, los perfumes y las palabras cortas que se dicen al oído de la amada. Siempre, las frases cortas sintetizan la filosofía de la vida y al compendio popular se les llama "refranes".

Ahora, en medio de una cultura popular, el lenguaje fino viene acompañado en memorias de silicio. Antes, en el rancho y en los pueblos, la gente hablaba con una sabiduría que para todo usaban refranes; era el colofón obligado de una plática seria.

Nuestro lenguaje se ha reducido a un emoji gráfico y ha olvidado la cadencia del verso en los refranes. Al consultar este tema en el pasado, me encontré un libro de los antiguos refranes; era una compilación de siglos, acerca de los dichos o refranes de antes que, al oírlos, resultan una enseñanza olvidada con una poesía renovada.

Mi madre, para todo decía un refrán popular; era el corolario de cualquier consejo, plática o de una amonestación correctiva. Por ejemplo, el clásico: Más sabe el diablo por viejo que por diablo, nos da una idea de este lenguaje. En fin, el remate obligado de alguna charla con fondo moral… era un refrán.

A la distancia, uno añora estas sabias sentencias que acunaron nuestro lenguaje También había otras sentencias que eran sagradas y eran tomadas del Libro de los Proverbios. Estas frases eran consideradas como los refranes de Dios para sus hijos, y por ello, el que las usaran nuestros padres, era un reflejo del lenguaje de Dios. Por ejemplo: El temor de Dios es el principio de la sabiduría.